En muchas ocasiones vemos cómo las mascotas comienzan a sufrir complicaciones por el inexorable paso del tiempo, sobre todo los caninos, quienes pueden sufrir de disfunción cognitiva -similar al Alzheimer humano- a partir de los siete años de edad.

“Varias de las enfermedades que sobrellevan los seres humanos se han presentado desde siempre en los animales tanto silvestres, domésticos o de compañía; con semejanzas o algunas diferencias propias de cada especie”, comenta Rolando Rojas, Médico Veterinario y Secretario de la Sociedad Chilena de Zoonosis.

Tambako The Jaguar (CC) Flickr

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Asimismo, asegura el especialista, al igual que en el hombre, algunos trastornos son prevenibles y otros tienen tratamiento médico, farmacológico, quirúrgico y paliativos cuando el pronóstico es definitivo. “Mejoras en los cuidados por parte de los propietarios, avances en Medicina Veterinaria, mejor entendimiento en las necesidades de nutrición y alimentación han aumentado la vida de nuestras mascotas”, agrega.

Igualmente, aunque seres humanos y animales pueden compartir distintas patologías, no significa que se deba a una transmisión o contagio entre una especie y otra. Las enfermedades se deben a alteraciones propias del organismo en cada especie animal, en la cual; por supuesto, se incluye al hombre.

“Las dolencias en animales pueden estar ligadas a factores de edad, como el parasitismo en cachorros; el sexo, que se puede apreciar en los tumores mamarios en hembras; según condición corporal, por ejemplo obesidad en distintos animales; el tipo de pelaje, como el albinismo en gatos y predisposición a cáncer de células escamosas; el tipo de trabajo, que se ve en las distintas lesiones musculares u óseas en caballos de salto; de exposición, como el cáncer pulmonar en perros expuestos en forma pasiva al humo de tabaco; y por último, la raza”, afirma Rolando Rojas.

Por otro lado, Cristián Herrera, Médico Veterinario de la Clínica Huellas, manifiesta que incluso los exámenes para llegar a un diagnóstico son similares, “como el hemograma, perfil bioquímico, ecocardiograma, radiografía, test de Elisa, entre otros”.

“Alzheimer canino”

Aunque, el Alzheimer canino propiamente como enfermedad no existe; sí, los perros pueden padecer de disfunción cognitiva o envejecimiento cerebral canino; el cual es homólogo a la enfermedad degenerativa del ser humano y se traduce en la pérdida de visión, oído, memoria, entre otros síntomas.

De igual manera, afecta a mascotas de edad avanzada entre los siete y diez años o más. Incluso, más del 50% de los perros mayores de 15 años pueden padecerlo.

“Este síndrome corresponde a un proceso degenerativo del sistema nervioso central, en donde el cerebro animal ya no funciona como antes, se dice que involucra o retrocede en su actividad. Esto también, sucede en el resto del cuerpo, puesto que órganos, como el corazón, pueden llegar a perder funcionalidad”, comenta Francisca Montero, Médico Veterinaria de Royal Canin.

AllieKF (CC) Flickr

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Montero asegura que es habitual los cambios en la actitud y hábitos de los caninos de más edad; pero, uno con disfunción cognitiva puede desorientarse, presentar cambios en el apetito y volverse hosco y gruñón.

“Comienzan a perder la memoria, no reconocen a la familia, olvidan o cambian sus hábitos diarios y se desorientan en su entorno, ya que disminuyen su capacidad de alerta”, asegura el especialista, Cristián Herrera.

Cómo detectar el Alzheimer canino

Según la especialista de Royal Canin, es posible detectar los signos de la disfunción cognitiva o envejecimiento cerebral en nuestros canes, prestando atención a las siguientes situaciones:

1. Si a su perro le cuesta moverse por la casa, deambula por la noche y parece perdido en lugares con los que estaba familiarizado.

2. Si no reconoce a la familia ni los hábitos diarios, ya no reclama la atención de ellos, ni está interesado en saludar o que lo saluden.

3. Pasa menos tiempo jugando con los miembros de la familia o con otros perros.

4. Ladra sin sentido durante la noche.

5. Orina o defeca fuera del lugar habitual de manera frecuenta o presenta pérdida del control de esfínteres.