Ocho de los nueve extranjeros condenados a muerte por narcotráfico en Indonesia, incluido un brasileño, recibieron este sábado la notificación de su próxima ejecución, que provocó una oleada de peticiones internacionales para que Yakarta reconsidere su postura.

Los ocho extranjeros condenados -de Australia, Brasil, Filipinas y Nigeria- fueron transferidos a una prisión del complejo penitenciario de Nusakambangan, considerado el “Alcatraz indonesio”, donde se encuentran en aislamiento antes de ser ejecutados junto a un indonesio.

“Acabamos de notificar (la ejecución) a cada preso, nueve personas”, dijo a la AFP el portavoz de la fiscalía indonesia, Tony Spontana, que precisó que los fusilamientos no se producirán antes de tres días. 

El nombre de Serge Atlaoui, que figuraba en la lista inicial, fue retirado a última hora, presumiblemente por las presiones del gobierno francés.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, exhortó el sábado al gobierno indonesio a no ejecutar a los diez condenados a muerte, recordando la oposición tradicional de la ONU a la pena capital. 

La legislación antidroga de Indonesia es una de las más severas del mundo y el presidente Joko Widodo, con potestad de acoger peticiones de clemencia, alega que la situación de emergencia frente al problema de las drogas requiere la pena capital para los condenados.

‘Ejecuciones inminentes’

Familiares y diplomáticos se trasladaron este sábado a la isla de Nusakambagnan para seguir de cerca el proceso y tratar de cambiar el inminente desenlace.

Entre los notificados, figura el brasileño Rodrigo Gularte, de 42 años. 

El ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil precisó el sábado al sitio G1 de Globo que el gobierno brasileño continuará con los contactos de “alto nivel” con Yakarta para intentar convencer a Indonesia de suspender la ejecución por motivos humanitarios.

Gularte fue detenido en 2004 al tratar de entrar en el aeropuerto de Yakarta con seis kilos de cocaína escondidos en tablas de surf junto a dos compatriotas, que finalmente quedaron libres tras asumir él toda la culpa, según el diario Folha de Sao Paulo. 

Tras ser condenado a muerte, el gobierno indonesio le ha negado varias peticiones de clemencia. Desde hace años, su familia intenta demostrar que padece esquizofrenia y pide que sea trasladado a un psiquiátrico.

El resto de gobiernos tratan igualmente de agotar la vía diplomática para evitar la ejecución de sus nacionales. 

“Llamo de nuevo, respetuosamente, al presidente indonesio a reconsiderar su rechazo a acordar el indulto. No es demasiado tarde para cambiar de opinión”, declaró la ministra de Relaciones Exteriores australiana, Julie Bishop, ante la ejecución “inminente” de los australianos Andrew Chan y de Myuran Sukumaran.

‘Cambie el castigo por humanidad’

Contra todo pronóstico, el francés Serge Atlaoui fue retirado de la lista de ejecuciones.

El cambio se producía en un momento en que Francia elevó el tono hacia Yakarta, alternando amenazas veladas y acusaciones de irregularidades judiciales. 

El presidente francés, François Hollande, advirtió el sábado que si Atlaoui es ejecutado “habrá consecuencias diplomáticas”. ”Como mínimo llamaremos a nuestro embajador” en Yakarta, dijo Hollande. 

La hermana del condenado a muerte australiano Myuran Sukumaran, publicó en YouTube una súplica. 

“Mi hermano cometió un error hace diez años, desde entonces ha pagado cada día por ese error. Desde el fondo de mi corazón, por favor presidente Widodo, tenga compasión, cambie el castigo por humanidad”, dijo Brintha Sukumaran, mostrando una foto de Myuran cuando era niño.

“Si algo llegara a pasarle a mi hija, voy a considerar como responsable a mucha gente. Ellos son responsables de la vida de mi hija”, dijo a una radio filipina Celia, la madre de Mary Jane Veloso, que se trasladó a Indonesia junto al padre de la condenada, su hermana y sus dos hijos.  

Phelim Kine, subdirector para Asia de la organización Human Rights Watch, calificó este castigo como inaceptable y brutal.

“Widodo debería promover Indonesia como una democracia respetuosa de los derechos humanos uniéndose a los países que han abolido la pena de muerte”, señaló.