La justicia italiana deberá pronunciar entre miércoles y jueves su veredicto contra el controvertido ex capitán Francesco Schettino, por el naufragio en 2012 del Costa Concordia que causó la muerte de 32 personas.

“En los últimos tres años he vivido un acoso mediático de una violencia inusitada. Es como si hubiera pagado 30 años de reclusión”, declaró el ex comandante del crucero de lujo ante la corte de Grosseto (centro de Italia) con la voz entrecortada y llorando.

Acusado de homicidio, por lo que la fiscalía pidió una condena “ejemplar” a 26 años de cárcel, Schettino, de 54 años, llamado por la prensa como el “capitán cobarde”, lamentó ser el “único culpable” de la tragedia.

Ese 13 de enero del 2012 yo también morí“, confesó conmovido en una declaración espontánea a la corte poco antes de que se retirara para deliberar.

El ex comandante es el único que comparece en el banquillo de los acusados, pues las otras cinco personas inculpadas -el director de la unidad de crisis de Costa Cruceros, Robert Ferrarini, el timonel indonesio, Jacob Rusli Bin, y otros tres tripulantes- negociaron la pena. “Me achacan todas las culpas”, se quejó.

Schettino sostiene que el poderoso grupo estadounidense Carnival, dueño del Concordia, decidió tan sólo tres días después del naufragio “ofrecer mi cabeza, con la idea de salvaguardar sus intereses económicos“.

La compañía fue condenada en abril del 2013 a pagar una multa de un millón de euros al cabo de una negociación durante la cual reconoció su responsabilidad administrativa, con lo que evitó un juicio penal.

El ex capitán sostiene también que se ha ofrecido a la prensa mundial “una imagen de mi persona que no corresponde a la realidad“, aseguró.

Los medios cayeron en la trampa“, recalcó.

“Me han acusado de falta de sensibilidad con las víctimas diciendo que no he pedido perdón públicamente. Algo que no es cierto, no es verdad que no haya asumido mi responsabilidad”, recalcó de nuevo con los ojos empañados.

Según fuentes judiciales, el veredicto del caso será anunciado entre el miércoles y jueves.

“Tenemos la esperanza de que la sentencia va a ser justa”, afirmó el abogado de Schettino, Domenico Pepe, quien pidió la absolución porque un naufragio puede ocurrir a todo marinero.

“Contra Schettino hemos presentado un tsunami de pruebas”, aseguró por su parte el fiscal Stefano Pizza, reiterando su pedido a una pena ejemplar que sea demás pagada con la cárcel.

El controvertido ex comandante, al mando de una embarcación de 114.500 toneladas con 4.229 personas a bordo, reconoció durante el juicio que el naufragio ocurrió por su intención de pasar rozando la isla del Giglio, en la Toscana, una maniobra arriesgada que provocó el choque del barco contra los arrecifes.

El proceso comenzó oficialmente en julio de 2013 en la sala del Teatro Moderno de Grosseto, para dar cabida a los testigos y víctimas.

Cerca de 400 testigos fueron convocados, entre ellos una bailarina moldava que se encontraba en el puente de comando con Schettino.