La justicia belga intenta determinar si existe una relación entre Amedy Coulibaly, uno de los tres autores de los ataques de París, y un presunto traficante de armas radicado en Bélgica, indicó este jueves la fiscalía federal belga.

“El tema de las armas está siendo investigado”, declaró a la AFP Eric Van der Sijpt, portavoz de la fiscalía federal, al día siguiente de imputar a Neetin Karasular, residente de Charleroi, por “tráfico de armas”.

Según la fiscalía, se estableció que Neetin Karasular, que ya tiene antecedentes, compró el vehículo de Hayat Boumeddiene, la compañera de Coulibaly que hoy se encontraría en Siria.

La fiscalía intenta ahora establecer si hay un “posible vínculo” adicional con los acontecimientos de París, agregó Van der Sijpt.

Neetin Karasular se presentó el martes en una comisaría en donde explicó a la policía que “los últimos meses” estuvo en contacto con Amedy Coulibaly en el marco de la compra de un vehículo. Indicó que quiso “estafar” al francés, pero por miedo -luego de los atentados de París- quiso informar a la policía.

En un allanamiento, los investigadores encontraron en su domicilio documentos relativos a la venta del vehículo, pero también otros relacionados a una negociación sobre armas y municiones con el atacante francés.

Neetin Karasular comparecerá el lunes ante un juzgado de instrucción de Charleroi que decidirá si decreta prisión preventiva.

En los documentos incautados se hace referencia a “un calibre (de arma) poco corriente, que corresponde a la pistola Tokarev que tenía en su posesión Amedy Coulibaly” cuando atacó la tienda kósher del este de París, según la agencia Belga.

Neetin Karasular “intervino como intermediario en una transacción sobre la compra de un vehículo. Y el vínculo (…) es que el vehículo que fue comprado pertenecía a la compañera de Coulibaly”, confirmó a la televisión pública RTBF su abogado, Michel Bouchat.

Bouchat indicó no obstante que en el caso no se hace referencia a la compra de armas y calificó como “fantasías” las informaciones que sostienen que el vehículo fue intercambiado por armas.

La prensa belga también informó que los autores de los atentados de París compraron parte de su arsenal en Bruselas, una información que no fue confirmada por las autoridades belgas.