Siete personas, entre ellas dos niñas, murieron en el sur de Afganistán al estallar una bomba casera colocada junto a una carretera, indicaron las autoridades este domingo.

La bomba casera reventó el sábado una camioneta que circulaba entre Asadabad, capital de la provincia de Kunar (sureste), fronteriza con Pakistán, y el distrito de Nari.

“Siete pasajeros perdieron la vida, entre ellos dos niñas”, y tres mujeres resultaron heridas, indicó a la AFP el jefe de policía del distrito de Nari, Mohamad Yusuf, que acusó de la explosión a los insurgentes islamistas.

Este tipo de ataques, así como los atentados suicida, son las armas de predilección de los talibanes, responsables, según un informe de la ONU publicado el sábado, del 75% de las víctimas civiles en el actual conflicto en Afganistán.

Según la ONU, el conflicto entre las fuerzas afganas, apoyadas por la OTAN, y la insurrección islamista está a punto de superar este año las 10.000 víctimas civiles, entre muertos y heridos. El informe lo atribuye a una intensificación de los atentados talibanes ante la retirada de las fuerzas de combate extranjeras.

Según datos de la misión de la ONU en Afganistán (UNAMA), 3.188 civiles murieron y 6.429 resultaron heridos de enero a noviembre en el conflicto, el balance más alto desde que se empezó a hacer un registro detallado en 2009.