Más de cien maestros de Guerrero, un convulso estado del sur de México, irrumpieron este jueves en la alcaldía del turístico puerto de Acapulco para tomar las instalaciones de manera pacífica y exigir a las autoridades que encuentren a 43 estudiantes desaparecidos hace casi un mes.

“Estamos exigiendo la presentación con vida de las 43 víctimas de desaparición forzada de nuestros compañeros en este que fue un crimen de Estado”, dijo a la AFP Walter Añorve, uno de los voceros de la sindicalista Coordinadora de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG).

“Tal parece que retrasan este proceso (…) cuando hay familias que se encuentran en la zozobra y la incertidumbre” desde la noche del 26 de septiembre, cuando los estudiantes de magisterio desaparecieron tras un ataque armado por parte de policías y sicarios en Iguala (Guerrero), añadió el docente mientras participaba en la toma.

Los integrantes de esta beligerante agrupación se encerraron pacíficamente en el Palacio Municipal de la ciudad portuaria, motor económico de Guerrero, que se encontraba casi vacío, ya que los trabajadores no habían llegado aún y no había policías.

Sin embargo, poco más de 1.000 policías estatales antimotines resguardan las instalaciones del gobierno federal en la ciudad y decenas de agentes fueron desplegados en el Palacio de Justicia.

Acapulco, al igual que numerosas ciudades de México, ha sido en los últimos días escenario de multitudinarias manifestaciones que muestran la indignación de los mexicanos ante la falta de resultados por parte de las autoridades en el caso.

La Ceteg advirtió que tomaría las 81 alcaldías de Guerrero si los jóvenes no aparecen.

El miércoles, maestros y estudiantes incendiaron la alcaldía de Iguala en medio de gritos contra el alcalde y el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre, a quien exigen renunciar.

Casi simultáneamente, decenas de miles de personas marchaban en la capital y otras ciudades de México en enardecidas protestas, luego de que la fiscalía general acusara por primera vez de ordenar los ataques al alcalde de Iguala José Luis Abarca y su esposa, hermana de tres narcotraficantes.

Según las primeras investigaciones, estudiantes de Magisterio de Ayotzinapa fueron atacados a balazos cuando acababan de recaudar fondos en la cercana Iguala -a 200 km de la capital- por policías municipales y miembros del cártel Guerreros Unidos, cuyo líder detenido ha confesado que los asesinaron.