Hasta el Tribunal de la Libre Competencia llegaron los representantes de la Federación de Productores de Leche -Fedeleche- como también la directiva de Aproleche Osorno, para concretar la demanda en contra de Soprole, Nestlé y Watt’s, en base al argumento que las tres potencias que recepcionan cerca del 60% de la producción nacional, estarían incurriendo en prácticas anticompetitivas.

Al respecto se refirió el Presidente de Aproleche Osorno, Dieter Konow, quien señaló que “en un mercado competitivo, el precio internacional de la leche en polvo determina al precio de compra de la leche cruda. Por lo mismo, cuando las empresas procesadoras se comportan en forma consistente con un mercado competitivo, al comprar la leche cruda, el precio que pagan por ella le transfiere a los productores toda la renta económica que se obtendría vendiendo la leche en polvo en el mercado internacional.

Esto implica a su vez que en Chile, las variaciones del precio de compra de la leche cruda, luego de un breve tiempo, deben seguir peso por peso, a las variaciones de dicho precio internacional”.

Lo anterior, considerando que por más de un año los remates internacionales realizados por Fonterra, alcanzaron valores históricos, realidad que reclaman jamás vieron, dado que las industrias nunca traspasaron los precios a los productores primarios y coincidentemente las tres potencias determinaron pagar el mismo valor por litro del lácteo.

Konow explicó que conforme a lo expuesto jurídicamente y que fue reforzado por los antecedentes históricos, esperan que el tribunal falle a favor de los productores que son los más perjudicados en el tiempo, dado que los bajos precios les impiden perfeccionar los procesos de producción o incrementar el negocio, debiendo hasta el minuto solo endeudarse para continuar subsistiendo.

Como dato técnico: entre septiembre de 2006 y abril de 2014, los productores dejaron de recibir a lo menos US$737,8 millones de dólares como consecuencia del abuso de estas empresas. Llevar adelante esta conducta les ha resultado muy lucrativo por cuanto de toda esa renta económica, algo más de US$232 millones de dólares quedaron en manos de Soprole, US$188 millones de dólares en manos de Nestlé y US$114 millones de dólares en manos de Watt’s. El resto quedó en manos de los demás procesadores que dado este abuso finalmente reaccionan siguiendo los precios que pagan Soprole, Nestlé y Watt´s.

De haber pujado Soprole, Nestlé y Watt’s por comprar leche cruda en dicho período -como debería haber sucedido en un mercado competitivo- toda esa renta, es decir, los US$737,8 millones de dólares, hubiese quedado en manos de los productores, que son aquellos a quienes pertenece legítimamente. Sin embargo, no lo hicieron y el precio de la leche cruda no subió. En promedio el precio efectivamente pagado durante este período fue de alrededor de $182,2/ℓ. De haber sido competitiva la compra, el precio hubiese sido $31,5/ℓ mayor.

Dieter Konow insistió que parte de la demanda se expone en que los productores y las asociaciones en general no conocen los parámetros que estaría utilizando la industria para fijar los precios.

Se espera que dentro de los próximos meses el tribuna empiece a dar respuesta sobre los procesos realizados tras la concreción de la demanda, donde obviamente puntualizó, esperan que al final del proceso judicial, se falle a favor de los miles de productores del país que se están viendo afectados en los últimos años.