Cuando Robin Williams decidió dejar sus estudios de Ciencias Políticas para dedicarse a la actuación, viajó hasta Nueva York donde fue aceptado en la prestigiosa escuela de artes escénicas, Juilliard, allí conoció a Christopher Reeve, quien se convertiría en uno de sus amigos más cercanos.

Corría la década del 70 y ambos actores compartieron habitación en uno de los edificios de la escuela. La amistad nación casi de inmediato y permaneció intacta hasta la muerte de Reeve en 2004.

A raíz del repentino fallecimiento de Williams, la familia del ex protagonista de “Superman” recordaron un episodio que marcó la vida de ambos.

Según consigna el diario inglés Daily Mail, tras el accidente que Reeve sufrió en 1995 y que lo dejó cuadripléjico, el actor declaró en una entrevista que ya no tenia ganas de seguir viviendo. Estas palabras calaron muy hondo en Robin, quien no iba a permitir que su amigo dejará de luchar.

Un día mientras Christopher estaba en el hospital, escuchó una voz con un raro acento ruso que decía. “Date la vuelta”. Al principio pensó que era un error, pero entonces volvió a oír la misma frase, hasta que finalmente reconoció la voz de su amigo, quien llegó hasta la habitación vestido como el doctor Kosevich, uno de sus personajes para la cinta “Nueve Meses”. El comediante se acercó a la cama del paciente, le dijo que era su proctólogo y que tenía que atenderlo de inmediato.

“Por primera vez desde el accidente, reí. Mi viejo amigo me ayudó a saber que, de alguna manera, todo saldría bien”, declaró Christopher años después.

Williams permaneció al lado de Reeve durante todo el tiempo, ofreciéndose a pagar parte del tratamiento que el seguro no cubriera y donando importantes cantidades a la fundación contra la parálisis creada por Christopher.