Siria advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que considerará como una agresión cualquier tentativa de hacer pasar convoyes humanitarios por sus fronteras exteriores sin su acuerdo.

La delegación siria en la ONU dirigió a los 15 miembros del Consejo una carta, fechada el 18 de junio y firmada por un grupo de juristas sirios y árabes, que afirma “que para hacer entrar toda ayuda humanitaria en un país miembro de la ONU hay que obtener el acuerdo previo de este país”.

Siria, que habla de “pretexto para una agresión”, se opone a estos pasos transfronterizos porque los servicios de socorro llegarían entonces directamente a zonas controladas por la oposición armada, especialmente en la frontera turca.

Según la carta, socorrer “en coordinación con las organizaciones terroristas y sin consultar al Estado sirio equivaldría a un ataque” contra el país.

Las conversaciones se suceden en el Consejo desde hace varias semanas para alcanzar un proyecto de resolución que haría pasar los convoyes por las fronteras de Turquía, Jordania, Irak y Siria.

Los países occidentales en el Congreso no excluyen forzar el paso si es necesario utilizando el artículo 7 de la Carta de las Naciones Unidas, que prevé sanciones y el uso de la fuerza para hacer respetar una decisión del Consejo.

Las negociaciones sobre el texto están atascadas, según los diplomáticos. Rusia, que preside el Consejo en junio, propuso una “fórmula elegante e innovadora” para controlar los convoyes pero sus socios occidentales no la han aceptado aún, como se quejó el pasado viernes el embajador ruso, Vitali Churkin.

Según su homólogo australiano, Gary Quinlan, la propuesta rusa “es aún insuficiente” y potencialmente contraproducente. “No estamos convencidos de que pueda funcionar sobre el terreno y mejorar el acceso” humanitario a Siria, declaró a los periodistas.