El presidente de la Sociedad de Geriatría y Gerontología de Chile, doctor Víctor Hugo Carrasco, llamó a las personas adultas mayores a ingerir bastante agua durante el verano y también durante el año, porque de lo contrario -advirtió- se provocan repercusiones relevantes en el organismo.

El médico explicó que “el proceso del envejecimiento se asocia con diversos cambios fisiológicos que pueden afectar la capacidad de mantener el balance hídrico. La disminución del porcentaje del cuerpo que es agua, esto es un 60% en un recién nacido y un 40% en un octogenario, implica que pequeños cambios en la hidratación, ya sea por aumento de las pérdidas (diarrea o vómitos) o por disminución de tomar líquidos, provocan repercusiones más relevantes en el organismo. A menudo se mezclan ambos factores, lo que expone a un claro riesgo a los mayores”.

El agua es primordial para la vida porque es utilizada para el transporte de otros nutrientes y desechos; regular la temperatura; mantener la estructura de los tejidos y ayudar a las funciones celulares. El total de agua corporal es regulado para que las pérdidas que se producen sean compensadas. De este modo, el balance hídrico corporal determina que exista un equilibrio entre las entradas y salidas de fluidos.

El galeno sostuvo que “el ambiente puede acentuar los problemas de hidratación, como ocurrió en Europa en el verano de 2003, con más de 16 mil muertos atribuidos a la ola de calor, siendo la mayoría de ellos, personas de edad avanzada. Otro factor a destacar son las patologías crónicas y los tratamientos farmacológicos propios de las personas de edad avanzada que determinan una mayor vulnerabilidad de esta población ante la deshidratación”.