A las 9:00 horas de este miércoles comenzó en el Tribunal Oral en lo Penal de Santiago el juicio oral en contra de Lorena Espinoza Cáceres de 32 años, formalizada por parricidio frustrado en contra de su hijo de cinco años, a quien intentó envenenar en 2011.

La mujer padece el síndrome de Münchhausen, patología que presentan las madres que esperan obtener atención y reconocimiento social atendiendo abnegadamente a sus hijos, a los cuales ellas mismas enferman.

En la acusación se detalló que la mujer inyectaba a sus hijos tramadol, un derivado del opio que se usa en los tratamientos contra el cáncer. La situación fue detectada en el Hospital Metropolitano en 2011, durante la hospitalización de su hijo que presentaba convulsiones y que mantenía una vía intravenosa alterada. El menor sólo había estado con su madre.

El hecho de inmediato fue asociado a la muerte de otro hijo de la mujer, un menor de cuatro meses, quien dos años antes llegó hasta el hospital con los mismos síntomas de su hermano. De esta forma el Ministerio Público determinó la culpabilidad de la madre.

El fiscal Álvaro Pérez aseguró que el objetivo de la mujer era matar a sus hijos.

Debido al síndrome que presenta la mujer, el defensor público Pablo Rivera optó por rebatir las pruebas en contra de su defendida.

Como testigo de la fiscalía declaró Claudio Matus, el ex esposo de la mujer y padre de las dos víctimas, quien dijo sentir odio por la madre de los niños, de los cuales mantiene la custodia.

Pese al síndrome que padece, el fiscal Pérez indicó que los peritos del Servicio Médico Legal determinaron que Lorena Espinoza es imputable. La mujer se arriesga a una condena de 32 años por los hechos.