El camino hacia la Prueba de Selección Universitaria (PSU) ya está en recta final, quedan pocas semanas para diciembre, en que los jóvenes se encontrarán frente a este sistema de evaluación importante para definir el futuro profesional, y en ese sentido, una adecuada alimentación es muy importante para estar en buena forma para ese examen.

La académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello, Fanny Flores, explicó que la alimentación es un proceso fisiológico en el que intervienen todos los sentidos, y que puede proporcionar muchas sensaciones placenteras.

“Comer de forma equilibrada es fundamental para mantener en orden tu cuerpo y tu mente y evitar que el estrés afecte a tu estómago, tus defensas y tu sistema nervioso”, subrayó Fanny Flores.

La nutricionista instó a un sistema de vida ordenado, que incluya comida equilibrada, horas adecuadas de sueño, y la planificación de las actividades diarias, “lo cual le permite al joven enfrentar estas situaciones como la PSU de una forma serena, aunque este ritmo de vida debe practicarse siempre y no sólo frente a una situación aislada”, dijo la profesional.

En forma concreta, frente a una situación de estrés, hay nutrientes que tienen un gran aporte.

“Cuando estamos estresados continuamente, nuestro cuerpo se resiente, se debilita y nuestras defensas bajan. Por eso es tan importante una dieta equilibrada que nos proporcione todos los nutrientes. Además, existen algunas vitaminas y minerales a los que debemos prestar una atención especial”, expresó.

“La falta de vitaminas del complejo B, afecta nuestro sistema nervioso y lo debilita. Si no tomamos suficiente vitamina A, C y E, no tenemos los antioxidantes que necesitamos para combatir los radicales libres”, agregó.

Según detalló la académica de la Universidad Andrés Bello, la vitamina C se encuentra en las frutas cítricas y verduras, mientras que las vitaminas de Complejo B están presentes en cereales integrales como el trigo, la avena, el centeno, maíz; en frutas como frambuesas, grosellas; frutos secos: avellanas, almendras, nueces; verduras (lechugas, repollos, coliflor, espinacas, rábanos, endibias)”.

Por su parte, la vitamina A se encuentra en productos lácteos, zanahoria, brócoli, repollitos bruselas, camote, espinacas, duraznos, melón, mandarinas, naranjas, plátano; y la vitamina E en aceites vegetales, poroto de soya, almendras, nueces.

“El magnesio es uno de los minerales que necesita el organismo, aunque en pequeñas dosis, para mantener su equilibrio natural. Está presente en las células nerviosas, por lo que desempeña un papel muy importante en el buen funcionamiento del sistema nervioso”, advirtió la profesional.

“También el estrés, muy común en las sociedades occidentales avanzadas, es capaz de provocar un déficit de magnesio debido a mecanismos neurohormonales. A su vez, el déficit de magnesio puede generar un estado de hipersensibilidad al estrés. Se establece así un círculo vicioso. Así, los alimentos que contienen magnesio son el cacao, harina de soja, almendras, nueces, avellanas, pistachos, legumbres, cereales integrales, hojas verdes vegetales”, concluyó la académica.