A fines de septiembre, un filamento magnético de 320.000 kilómetros de largo se desprendió del sol hacia su atmósfera -la corona- dejando tras de sí una impresionante huella que sólo sería descriptible como un “cañón de fuego”.

Los investigadores de la NASA usaron una combinación de capturas satelitales captadas entre el 29 y 30 de septiembre para crear una breve película donde se puede admirar el fenómeno, las cuales unen las distintas amplitudes de banda en que se observa la luz solar para componer imágenes que recrean lo que sería una visión normal, si pudiéramos mirar directamente al sol.

En su descripción, el centro Goddard de la NASA explica que el sol no está compuesto realmente de fuego sino de plasma. Esto porque los electrones se calentaron a tal temperatura que se convirtieron en un gas cargado eléctricamente y capaz de interactuar con los campos magnéticos.

http://youtu.be/Qurh_BZ-O2E