Los alrededor de 1,4 millones de musulmanes de 188 países que viajaron a La Meca en el Haj, el peregrinaje anual, empezaron este jueves a abandonar Arabia Saudí.

Aunque el Haj termina oficialmente el viernes, los fieles pueden partir la víspera tras haber procedido a la lapidación de las estelas que simbolizan a Satanás, último ritual del Haj.

Numerosos fieles acudieron la mañana de este jueves al emplazamiento de lapidación de Mina, cerca de La Meca, donde lanzaron piedras hacia las tres estelas. Después abandonaron sus hoteles y se dirigieron al aeropuerto internacional de Yeda para volver a sus países.

Las autoridades saudíes, que consideraron un éxito el Haj de este año en el que no se registraron incidentes, movilizaron a más de 100.000 agentes para garantizar la seguridad de los 1,98 millones de fieles que participaron en el Haj, frente a los 3,16 millones de 2012.

Los fieles llegados desde el extranjero alcanzaron 1,38 millones, mientras que el año anterior fueron 1,75 millones.

“La reducción del número de peregrinos y la ejecución rigurosa de las medidas de seguridad contribuyeron a una mejor organización del Haj este año”, explicó a los periodistas el jefe del centro de vigilancia electrónica del peregrinaje, el general Abdalá al Zahrani.

El centro empleó unas 5.000 cámaras de vigilancia, 1.200 de ellas para la Gran Mezquita, y tres helicópteros de vigilancia explicó.

Todos los musulmanes deben realizar el Haj, uno de los cinco pilares del islam, al menos una vez en la vida si disponen de recursos para ello.