El presidente estadounidense, Barack Obama, se reunía este viernes con su equipo de seguridad nacional para analizar la situación en Siria y su jefe de la diplomacia daba detalles recabados por los servicios secretos del ataque químico de la semana pasada, que atribuye al régimen de Asad.

John Kerry confirmó la “fuerte certeza” de los servicios secretos estadounidenses de que el régimen sirio fue el autor del ataque químico y cifró los muertos en 1.429.

Aunque aseguró que Washington no repetirá en Siria “la experiencia de Irak”, llamó a actuar en ese país para enviar un mensaje a Irán y el Hezbolá libanés.

Kerry hizo estas declaraciones un día después que el parlamento británico votó en contra de la implicación de Londres en una eventual acción armada en contra del régimen sirio, acusado por los occidentales de haber recurrido a las armas químicas en una ofensiva que dejó cientos de muertos el 21 de agosto cerca de Damasco, según la oposición.

Al mismo tiempo, en Nueva York, el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, anunció que los expertos de la ONU concluyeron su trabajo en Siria y ahora “acelerarán” la elaboración de un informe sobre si efectivamente se usaron armas químicas en el conflicto.

“El equipo completó la recogida de muestras y pruebas”, “ahora están empacando” y “dejarán Damasco y Siria mañana”, detalló.

Por su parte, el jefe de la ONU, Ban Ki-moon, debe reunirse en la sede de la organización con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y China). A pesar de dos encuentros, los cinco países no lograron fijar una postura común sobre un eventual ataque a Siria, ya que Moscú y Pekín siguen rechazando esa opción.

Mientras, Obama “se reúne son el Consejo de Seguridad Nacional para debatir la utilización de armas químicas por parte del régimen de (el presidente Bashar al) Asad el 21 de agosto”, precisó un alto funcionario del gobierno a la AFP bajo condición de anonimato.

Tras la negativa británica y frente al posible veto de Rusia y China en el Consejo de Seguridad de la ONU, la Casa Blanca dio a entender que el presidente Obama se reservaba el derecho a actuar unilateralmente contra el régimen sirio.

A pesar de todo, el secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, declaró el viernes que Estados Unidos sigue buscando “una coalición internacional” para responder al presunto ataque con armas químicas del régimen de Damasco contra civiles.

El jefe del Pentágono precisó que Washington respeta el voto del parlamento británico, que rechazó el jueves por 285 votos contra 272 una moción presentada por el primer ministro, David Cameron, sobre una posible intervención en Siria.

Por su parte, el gobierno sirio rechazó por adelantado “cualquier informe parcial publicado por el secretariado general de la ONU antes de que la misión haya terminado su trabajo y se tenga conocimiento del análisis de las muestras recogidas”, según indicó este viernes la televisión oficial siria.

Esos análisis, que serán efectuados en laboratorios europeos, requerirán semanas de trabajo, había indicado la ONU.

En París, el presidente François Hollande reiteró el viernes su voluntad de actuar militarmente en Siria junto a Estados Unidos pese al “no” británico.

Hollande dijo que el “no” del parlamento británico no cambia la posición de Francia, que desea una acción “proporcionada y firme” en Siria, en una entrevista en el diario Le Monde.

Hollande aseguró además que no excluye una intervención en Siria antes del miércoles, cuando se reúne el Parlamento francés para debatir la situación.

Esta alianza franco-estadounidense supone “una inédita situación en la época contemporánea”, analiza Bruno Tertrais, de la Fundación para la Investigación Estratégica.

Ironía de la historia, se produce 10 años después de la crisis iraquí, que provocó una tensión sin precedentes entre los dos paises, cuando Francia se opuso a la invasión de estadounidense-británica de Irak.

Rusia, aliada de Siria y por tanto firmemente opuesta a toda intervención, advirtió que un ataque sin el aval de la ONU sería un “golpe serio” contra el orden mundial basado en el papel central de Naciones Unidas. Moscú decidió enviar otros dos buques de guerra al Mediterráneo.

Estados Unidos no ha cesado por su parte de reforzar sus medios militares frente a las costas sirias. Dispone ahora de cinco destructores equipados con misiles de crucero capaces de llevar a cabo ataques precisos contra depósitos de municiones o infraestructuras estratégicas del régimen de Asad.