La Cámara de los Lores validó el lunes el proyecto de ley sobre el matrimonio homosexual, que cruza así una etapa decisiva hacia su adopción definitiva en Inglaterra y en el País de Gales.

El texto regresará el martes a la Cámara de los Comunes, que ya la había aprobado por 366 votos contra 161, para un debate que debería ser una formalidad antes de recibir la aprobación real.

La decisión de los Lores fue recibida con gritos de alegría de los militantes pro matrimonio gay, vestidos de rosa frente al Parlamento. “Mi vida y la de muchos otros será más bella hoy que ayer”, dijo el Lord laborista Waheed Alli, homosexual declarado.

Su colega conservador, Lord Framlingham, lamentó por su parte que ese proyecto de “mal armado” haya podido franquear todos los obstáculos sin dar concesiones a los opositores.

Mientras tanto la Cámara de los Lores había rechazado el 4 de junio pasado, tras dos días de fuertes debates, una enmienda llamada de “demolición” que hubiera podido bloquear el proyecto de ley.

A pesar de lo anterior el matrimonio homosexual casi no ha causado agitación en la opinión pública, que es mayoritariamente favorable, pero sigue dividiendo al partido conservador.

El Primer ministro David Cameron se mostró determinado a hacer efectivo el matrimonio gay en Inglaterra y en el País de Gales desde mediados del año próximo. Las otras regiones del Reino Unido, Escocia e Irlanda del Norte, tienen su propia legislación.

Entre los británicos, el cambio es antes que todo simbólico, porque las parejas homosexuales tienen los mismos derechos parentales que en las parejas heterosexuales: pueden adoptar, recurrir a la procreación médicamente asistida y a una madre portadora, siempre y cuando no sea remunerada, y se pueden unir desde 2005 por asociación civil.