Nuevas detenciones se produjeron este sábado en Bangladesh, mientras que los equipos de rescate intentaban sacar de bajo los escombros a supervivientes del edificio de talleres de textiles derrumbado el miércoles, tras el descubrimiento de otras 20 personas con vida en esta catástrofe que ya causó más de 340 muertos.

La mayoría de las 4.500 fábricas de textil de Bangladesh seguían cerradas debido a manifestaciones de encolerizados obreros. Los empresarios del sector decretaron feriada la jornada del sábado y los sindicatos lanzaron un llamado a la huelga para el domingo para exigir mejores condiciones de trabajo.

El desplome del inmueble, construido ilegalmente en Savar, en los suburbios de la capital, Dacca, y que albergaba cinco talleres que trabajaban esencialmente para marcas occidentales, dejó al menos 341 víctimas mortales además de 1.200 heridos, según un balance aún provisional.

Desde el miércoles, 2.417 personas pudieron ser rescatadas de los escombros. La catástrofe también dejó cientos de desaparecidos.

La policía anunció el sábado la detención de dos propietarios de talleres de confección ubicados en el inmueble de ocho pisos y de dos ingenieros.

“Detuvimos después de medianoche a Bazlus Samad, presidente de los talleres New Wave Buttons y New Wave Style, y a Mahmudur Rahaman Tapash, director general de uno de estos talleres”, declaró el sábado por la mañana a la AFP el jefe adjunto de la policía de Dacca, Shyaml Mukherjee.

“Se ha abierto contra estas dos personas un procedimiento por homicidio por negligencia”, afirmó. El primer ministro del país había asegurado que los trabajadores fueron obligados a retornar al trabajo pese a las fisuras aparecidas la víspera en el edificio.

Por su parte, el responsable de la investigación, Kaiser Matubor, indicó a la AFP que dos ingenieros municipales que el martes por la noche consideraron que el estado del edificio no representaba peligro, a pesar de la aparición de grietas, también fueron detenidos y se enfrentarían a los mismos cargos.

La policía sigue buscando al propietario del inmueble.

Aunque la intervención de los equipos de rescate resultaba cada vez más complicada, todavía tienen esperanza de encontrar supervivientes del derrumbe.

“Creemos que todavía hay supervivientes”, declaró el responsable de los bomberos Ahmed Ali a la AFP, “pero están muy débiles para pedir ayuda”.

Los responsables de los servicios de rescate debían reunirse con expertos para decidir sobre una posible utilización de equipos para levantar cargas pesadas con la intención de liberar a los supervivientes que habrían sido localizados en bolsas de aire. Desde el miércoles sólo se utilizó maquinaria ligera por miedo a provocar nuevos derrumbes en la estructura del edificio.

Los equipos de rescate también deben luchar contra el cansancio y el terrible olor de los cuerpos en descomposición, añadió Ahmed Ali.

Por otro lado, allegados de desaparecidos comenzaban a impacientarse por la lentitud de los trabajos de rescate. “Las operaciones avanzan muy lentamente. Hay mucha gente, pero poco movimiento. Si cortaran más rápido el hormigón, podrían salvar a mucha gente”, dijo Harunur Rashid que, desde el miércoles, espera con fotos en la mano, conocer la suerte de su tía y su cuñada.

Polémica por las condiciones de trabajo

El derrumbe del edificio Rana Plaza es el peor accidente de la historia industrial de Bangladesh, país pobre de Asia del Sur que hizo de la confección textil la punta de lanza de su economía.

Esta catástrofe reactivó la polémica sobre las condiciones laborales en este sector, que emplea principalmente a mujeres que trabajan por menos de 40 dólares mensuales cosiendo para marcas occidentales, y avivó el enfado de los obreros.

El viernes, se produjeron violentos enfrentamientos entre la policía y una multitud de manifestantes en Savar, donde el Rana Plaza se derrumbó como un castillo de naipes.

El edifico albergaba cinco talleres de costura, donde trabajaban unas 3.000 personas, ligados principalmente a la marca de ropa española Mango y la británica Primark, las únicas que hasta el momento confirmaron estas relaciones.

Estados Unidos no pudo decir si marcas de ropa estadounidenses tenían como proveedores a alguno de los talleres del inmueble, pero pidieron una mejora de las condiciones laborales en este sector.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanzó el viernes un llamado a las autoridades de Bangladesh para que creen “lugares de trabajo seguros.”