A partir de un convenio entre la Conadi y el Minvu, fue inaugurada este martes la segunda villa mapuche de la región de Los Lagos. Los beneficiarios señalaron que las nuevas generaciones indígenas se conforman con casas y no exigen tierras, para evitar hechos de violencia.
Primero fue la villa Rucantu en Castro y ahora la Villa Lautaro en la localidad de Alerce en Puerto Montt. Seis años tuvieron que pasar para que los descendientes mapuches de la comunidad Licarayén lograran acceder a sus casas propias, 24 en total, tras años de gestiones infructuosas con las autoridades regionales que ahora pudieron ser finalmente concretadas a través de un convenio suscrito entre la Conadi y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo.
Tras la entrega simbólica de las escrituras de las propiedades, Yéssica Schade Nail, presidenta del comité beneficiado, sorprendió a todos con sus palabras de agradecimiento, señalando que los hechos de violencia en la región de La Araucanía desvirtúan a la cultura mapuche, en especial a las nuevas generaciones que no exigen reinvindicación de tierras, pero sí viviendas dignas para vivir.
Quien encabezó la ceremonia de entrega fue el intendente de la región de Los Lagos, Jaime Brahm, quien valoró la atención particular entregada a este comité de vivienda, cuyas casas fueron construídas mirando hacia el este, de madera y emulando la forma de las rucas mapuches, recalcaldo que pese a las diferencias que puedan existir con las comunidades ancestrales, las oportunidades de bienestar deben ser iguales para todos.
Cabe señalar que durante años, en el mismo terreno donde se construyó la Villa Lautaro, en calle Bernado O´Higgins en pleno corazón de la localidad de Alerce, fue proyectado un establecimiento educacional mapuche bilingüe, construcción que nunca prosperó debido a los altos costos económicos asociados.