Este va a ser un día histórico. Regresará el partido Colorado y será por muchos años más. En 2018 volveremos a ganar”, afirmaba Miguel Pereira, un economista de 50 años, antes de votar el domingo en el Colegio Nacional Presidente Franco, en pleno centro de Asunción.

Otro economista, Héctor Gómez de la Fuente, de 44 años, no es colorado “de toda la vida” como Pereira, pero también optó por Horacio Cartes, un multimillonario de 56 años y ‘outsider’ de la política, que se lanzó a la carrera electoral hace apenas tres años después de afiliarse al partido Colorado.

Esta agrupación política se encontraba desarticulada, en la llanura desde 2008, cuando el exobispo católico Fernando Lugo terminó con 61 años de hegemonía ininterrumpida en el gobierno.

“Voto a Cartes por la posibilidad de un acercamiento a Brasil, uno de los únicos caminos para generar mercados”, dice acompañado de su esposa y su hijo, en el tradicional restaurante Bolsi de la capital paraguaya, donde muchos tenían el dedo entintado después de emitir su voto.

“Yo le había votado a Lugo, pero es un mentiroso”, sentenció.

En San Lorenzo, en las afueras de Asunción, Margarita Díaz fue muy temprano a cumplir con su deber cívico. Sonríe mientras se dispone a asistir a misa. “Me voy a encomendar a San Lorenzo para que gane mi candidato”, señala esta ama de casa de 69 años.

Preguntada por su voto, dijo que fue para Cartes. “A mí me gustaba Lino Oviedo, pero lastimosamente murió (en un accidente de helicóptero en febrero pasado) y no me gusta el liberal”.

Mariano Bernal, un albañil de Limpio, distante a 25 km de la capital, dijo que votó por el oficialista Alegre. “Pero para diputado voté a una candidata de Fernando Lugo (el expresidente). Es una mujer que es líder de nuestro asentamiento María Auxiliadora”, comentó, refiriéndose a un complejo de viviendas.

Los paraguayos votaron este domingo en una jornada calurosa y soleada que transcurrió con normalidad.

En las filas de los centros de votación, se palpaba el triunfalismo de los colorados, y cierta apatía de sus rivales liberales, que postulaban al senador oficialista Efraín Alegre.

Juan Carlos Escalada, de 65 años, un ganadero de Villarrica, a 150 km al sureste de Asunción, fuma después de votar a Cartes.

“Si fuera verdad todo lo que dicen de él, no podría tener la Pulp (una marca de gaseosas propiedad de Cartes) en Estados Unidos”, dice.

Se refiere a las acusaciones de narcotráfico que le adjudicó su rival Alegre, que muchos ciudadanos consideran artillería propia de la campaña electoral.

Fernando Szmuc, de 33 años, arquitecto, llegó a votar con su hija de tres años.

“Yo le quise dar una segunda oportunidad a Lugo para senador, pero le voté útil a los liberales para impedir el triunfo de Cartes, para que los colorados no regresen al poder”.

Matías Valiente, abogado de 50 años, que se dice “colorado de cuna y ancestros” apuntó a su turno: “Necesitamos gente como Cartes, para parar a los que roban al Estado”.

Muchas personas mayores, en sillas de ruedas o apoyados por sus parientes, se arrimaban a las mesas de votación. En Paraguay el sufragio es obligatorio.

“Venir a votar me devuelve la vitalidad. Me hace más importante”, dice Fidel Rodríguez, de 74 años, que padece artritis, después de votar en una escuela en San Lorenzo.

La creatividad se vio también en las redes sociales, donde se hicieron alusiones de todo tipo sobre el apellido del candidato oficialista y otras chanzas sobre el humor de los liberales. “El Facebook no está muy ‘alegre’ hoy”, ironizó un usuario, Carlos Ruiz González.

“Iba a tirar un chiste liberal pero no se si estará Alegre a estas horas”, bromeó.

“En la fiesta de los colorados Efraín pone la alegría, Cartes la birra (cerveza) y el pucho (cigarrillo), Mario Ferreiro pone la música y Fernando Lugo las mujeres”, escribió Mirta Pereira en su cuenta de Facebook.

Ferreiro, candidato a presidente por la izquierdista Alianza País, era presentador de televisión y conocido DJ de la farándula local.