Tras un operativo que se extendió durante toda la jornada de este viernes, la policía de Boston informó que había logrado capturar con vida al segundo sospechoso de los atentados de la Maratón de Boston.

La noticia fue recibida con júbilo tanto por los funcionarios como por la población, luego de que cerca de 1 millón de residentes del suburbio de Watertown, al oeste de Boston, debiera permanecer encerrada en sus casas por orden de las autoridades.

El joven de origen checheno de 19 años, habría sido encontrado oculto en una lancha en el jardín trasero de una vivienda, según medios locales. El sospechoso identificado como Dzhojar Tsarnaev, se encontraba en grave estado en un hospital, indicó la policía de Boston (Massachusetts, noreste de Estados Unidos), al confirmar que la amenaza terrorista había quedado atrás.

Su hermano Tamerlan, de 26 años y el otro presunto autor del atentado del lunes en el maratón que dejó tres muertos y más de 180 heridos, fue abatido en la madrugada del viernes durante un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.

Helicópteros sobrevolaron el área en torno a la casa del 63 de Fanklin Street en Watertown. Disparos sonaron en la zona y un gran número de policías se dirigió al lugar donde estaría cercado el individuo en cuestión.

“¡CAPTURADO! La cacería está terminada, La búsqueda terminó. El terror terminó. Y la justicia ha triunfado. El sospechoso está detenido”, dijo la policía de Boston en un tuiter.

“El sospechoso está en grave estado en el hospital”, declaró Ed Davis, jefe de la policía de Boston, durante una conferencia de prensa en Watertown, en las afueras de la ciudad de Massachusetts.

“Los habitantes de Boston y de la región pueden estar seguros de que la amenaza terminó”, agregó, alrededor de una hora después del arresto del joven en una casa de esos suburbios.

El presidente Barack Obama saludó el trabajo de las fuerzas del orden, pero indicó que aún quedan “muchas interrogantes sin respuestas” en este caso.

En una intervención, tarde en la noche, en la Casa Blanca, el mandatario afirmó que los autores del doble atentado fracasaron porque “los estadounidenses rechazan ser aterrorizados”.

Los hermanos de origen checheno vivían desde hacía años en Estados Unidos, y más precisamente en Cambridge (cerca de Boston) y ambos manifestaron en las redes sociales que eran musulmanes creyentes.

Un hombre que se presentó como el padre de los jóvenes afirmó que eran inocentes y que se les había tendido una trampa, en declaraciones el viernes a la agencia rusa de noticias Interfax.

“Creo que los servicios secretos (norteamericanos) tendieron una trampa a mis hijos porque son musulmanes”, declaró Anzor Tsarnaev a Interfax desde la capital de la república rusa de Daguestán, Majachkala.

De su lado, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se negó a “especular” sobre el vínculo que podría tener el atentado con el origen checheno de los dos sospechosos, que pasaron su infancia en Kirguistán.

Por su parte, el presidente checheno, Ramzan Kadyrov, declaró que los Tsarnaev eran desconocidos en Chechenia y que el drama es culpa de los servicios secretos estadounidenses.

El FBI había difundido el jueves por la tarde fotos y videos de esos dos hombres tras analizar miles de imágenes registradas en la zona donde se produjo el doble atentado cerca de la línea de llegada del maratón.

Los individuos habían sido denominados simplemente como “Sospechoso Uno” y “Sospechoso Dos”. Aparecían en las imágenes con una gorra, uno blanca y el otro negra, y llevaban mochilas.

Según el FBI, el sospechoso de gorra blanca dejó su mochila en el lugar de la segunda explosión “algunos minutos” antes del estallido.

El clamor por ver las imágenes fue tan grande que, minutos después de que el FBI las subiera a su página web, ésta colapsó.

El presidente Obama había prometido el jueves dar con los autores del atentado, al encabezar un servicio ecuménico en la catedral de la Santa Cruz de Boston, repleta con unas 2.000 personas.

De acuerdo con la investigación del FBI, los autores del atentado utilizaron bombas caseras, ollas a presión con clavos y metralla en su interior que dejaron una docena de amputados, además de los tres muertos.

Más de 100 de los 183 hospitalizados inicialmente por el doble atentado ya fueron dados de alta. Sin embargo, una decena de personas siguen en estado crítico y necesitan nuevas operaciones para salvar sus vidas