Hasta hace unas décadas, en Chile los obreros y empleados cobraban su sueldo en dinero en efectivo o mediante cheques que había que ir a cambiar en el banco o ir a depositar, si es que había una cuenta corriente. Y por supuesto, eran comparativamente pocos los que tenían cuenta corriente, pues los bancos no se mostraban muy entusiasmados en abrirles nuevas cuentas a simples gentes de trabajo.
De esta forma, casi la totalidad de los empleados y obreros, cada fin de mes entraban en contacto con una cantidad de dinero en efectivo, un fajo de bonitos billetes muy bien impresos en la excelente Casa de Moneda. Tener el la mano ese dinero efectivo, aunque fuese poco, producía una sensación de seguridad.
Era dinero real y esa sensación era tan fuerte que incluso lleva a la gente a que no experimente el vértigo de la inflación desatada, que velozmente le va restando a ese dinero su poder adquisitivo. El dinero está allí, pero cada vez alcanza para comprar menos cosas.
En 1959 bajo la presidencia de Jorge Alessandri, la desvalorización de nuestro dinero había llegado a tal extremo, que hubo que reemplazar al peso por el escudo, una nueva unidad monetaria que valía mil pesos. Pero ese cambio no sirvió de nada, sólo permitió no colocar muchos ceros en nuestras cuentas y además la inflación continuó galopando.
Y en 1975,la dictadura militar decidió echar a la basura el ya enanizado escudo, cambiándolo de nuevo por el peso que valía mil escudos. Es decir, este peso de Pinochet, venía a equivaler a un millón de pesos de aquellos de Jorge Alessandri. Ese era el peso, esa ridícula monedita que prácticamente no existe.
La moneda más pequeña que continúa en circulación es la de 10 pesos, equivalente a 10 millones de pesos de 1959. De algún modo uno se pregunta ¿hasta qué punto era real ese dinero? ¿Qué era lo que hacía que sirviera para algo? Y cuando vemos que también ahora los precios siguen elevándose y un mismo billete no alcanza para comprar lo que se podía adquirir hace apenas un año… ¿Seguimos creyendo que el dinero es algo verdadero y real?
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