¿Quién y por qué? Traumatizada, la ciudad de Boston buscaba este martes respuestas al doble atentado que enlutó la mítica maratón de la ciudad y dejó tres muertos y 176 heridos.

Cerca de 12 años después del 11 de Setiembre, Estados Unidos se despertó en estado de shock tras la explosión de dos bombas con doce segundos de intervalo, cerca de la línea de llegada de la célebre carrera, que había concentrado en el centro de la ciudad a centenares de miles de personas.

Aunque el presidente estadounidense, Barack Obama, no utilizó el término atentado, el agente Rick DesLauriers, responsable del FBI en Boston, dijo a la prensa que se ha puesto en marcha “una investigación criminal que potencialmente podría ser una investigación terrorista”.

En un mensaje a los estadounidenses, el presidente Obama prometió que los responsables “rendirán cuentas”. “Descubriremos quién hizo esto. Descubriremos por qué lo han hecho”, insistió el presidente durante una alocución en la Casa Blanca el lunes de noche.

Un alto responsable de la Casa Blanca, que no quiso identificarse, afirmó que se trata de un “acto terrorista”. “Cualquier acontecimiento con varios artefactos explosivos, como parece ser el caso, es claramente un acto terrorista”, aseguró.

Medios estadounidenses indicaron que la Policía había registrado un apartamento en los suburbios del noreste de Boston y que, en otro operativo, la Policía interrogaba a un saudí de 20 años presente en el lugar de las explosiones, y hospitalizado por graves quemaduras, aunque las autoridades aclararon que se interrogaba a muchas personas sin que se presentaran cargos contra ninguna de ellas.

“No tenemos a ninguna persona detenida”, dijo durante una conferencia de prensa este martes el jefe de Policía de Boston, Ed Davis.

Es importante “aclarar que sólo dos bombas fueron encontradas ayer” lunes, dijo por su lado el gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, quien agregó que no se hallaron otros artefactos explosivos después del doble atentado.

El FBI aclaró además que no había sido informado de ningún tipo de amenaza antes de la maratón.

Un niño entre las víctimas

Davis anunció la muerte de tres personas, pero el balance de víctimas mortales podría aumentar debido a la condición crítica de varios heridos.

El periódico Boston Globe dijo que una de las tres víctimas es un niño de ocho años, Martin Richard. Su hermana de seis años perdió una pierna y su madre también está gravemente herida, según medios locales.

La metralla dentro de las bombas provocó lesiones particularmente graves, indicaron la policía y los médicos.

Entre los 176 heridos, 17 están en estado grave, precisó el jefe de Policía. Una decena de niños figura entre los heridos. La primera explosión, que levantó una gran nube gris en la acera de la calle donde pasaban los corredores y donde se habían reunido miles de espectadores.

“Había una persona que ya no tenía piernas por debajo de la rodilla pero seguía viva”, añadió Davis, y confirmó haber oído dos explosiones, una de ellas “enorme, hemos notado la onda expansiva en la cara”.

Otro testigo, Brian Walker, explicó a CNN que una de las explosiones fue tan fuerte que su cabeza “parecía que iba a estallar”. “Había mucho humo, mucho polvo, cristales”, relató.

En Washington, el Senado guardó un minuto de silencio el lunes por la noche en recuerdo de las víctimas y el presidente Obama dio orden de poner las banderas a media asta en todos los edificios públicos de Estados Unidos hasta el sábado de noche en homenaje a las víctimas.

Condena internacional

Las reacciones internacionales no se hicieron esperar y los líderes de la Unión Europea condenaron el atentado.

“Condeno los actos atroces cometidos en Boston y lamento profundamente las consecuencias y las graves pérdidas humanas”, dijo Herman Van Rompuy, el presidente de la UE, en un comunicado.

En Moscú, el presidente ruso, Vladimir Putin, propuso el martes la ayuda de Rusia en la investigación de “este crimen bárbaro”.

En París, el presidente Francois Hollande expresó “la total solidaridad de Francia con los autoridades y el pueblo estadounidenses”, mientras que en Roma el jefe del gobierno italiano, Mario Monti, transmitía sus “sentimientos de fraternal solidaridad”.

El papa Francisco, por su parte, lamentó los atentados, a los que calificó de “tragedia sin sentido”, y pidió a los habitantes de la ciudad estadounidense que “no se dejen superar por el mal”.