Armados con termos, sacos para dormir y buenos libros, una quincena de personas ya se habían instalado este viernes ante las puertas de la Corte Suprema de Estados Unidos en Washington, cuatro días antes de una sesión histórica en la que se debatirá sobre el matrimonio gay.

“Tengo amigos homosexuales, estoy aquí para apoyarles”, indicó a la AFP Rick, quien no quiso dar su apellido, instalado a pesar del frío cerca de la Corte, junto a otras personas deseosas de poder acceder a la sala de debates los próximos días martes y el miércoles.

La más alta jurisdicción de Estados Unidos examina dos recursos que tiene a la legalización del matrimonio gay en el punto de mira.

Como en cada sesión importante, los apasionados del derecho o los militantes de las más diversas causas se instalan precariamente, en utensilios plegables o en el suelo, ante el edificio varios días antes, para asegurarse un lugar en la sala en el día clave.

La fila para este caso comenzó a formarse el jueves, notoriamente temprano, cinco días antes de la sesión.

“Tengo libros, agua, café, mi teléfono inteligente, guantes y muchas capas de vestimenta conmigo”, explica Paul Mazucca, guía de turismo en Washington, quien aprovecha para trabajar mientras que Gabriel, originario de Nuevo México (sudoeste) también ha previsto “bolsas de basura contra la nieve”, anunciada para el lunes.