El candidato opositor a las elecciones presidenciales en Venezuela, Henrique Capriles, desestimó como “cortinas de humo” un supuesto plan de Estados Unidos para asesinarlo y desestabilizar a Venezuela, denunciado por el presidente encargado de ese país, Nicolás Maduro.

“Esto es para tratar de distraer, para tratar de generar cortinas de humo, para que no hablemos de los problemas importantes” de Venezuela, dijo Capriles en una entrevista al canal privado Venevisión.

“Eso es parte de las mentiras y del doble discurso” de las autoridades venezolanas, denunció, al señalar que el “gobierno critica al imperio (Estados Unidos), pero importa arroz y gasolina del imperio”, mientras sus funcionarios “van a vacacionar a Estados Unidos”.

Maduro, que asumió la presidencia interinamente tras la muerte del mandatario Hugo Chávez el 5 de marzo, llamó el domingo a Barack Obama a detener un supuesto plan para atentar contra Capriles.

Según Maduro, quien disputará con Capriles las elecciones del 14 de abril, detrás del plan que buscaría culpar del ataque al gobierno de Caracas y crear el caos, estarían funcionarios del Pentágono y la CIA, junto a los ex embajadores estadounidenses Roger Noriega y Otto Reich.

Este lunes, Estados Unidos negó “categóricamente” estar involucrado en alguna maniobra para desestabilizar a Venezuela.

“Déjenme decirlo de manera extremadamente clara: Estados Unidos rechaza categóricamente denuncias de que esté implicado en algún plan para desestabilizar al gobierno venezolano o para dañar a alguien en Venezuela”, dijo a periodistas la portavoz del Departamento de Estado, Victoria Nuland.

Las relaciones entre ambos países no han dejado de ser tensas aún tras la muerte de Chávez, fiero crítico de Washington: el lunes pasado Estados Unidos anunció la expulsión de dos diplomáticos venezolanos luego de que Caracas hiciera lo mismo con dos agregados militares estadounidenses el 5 de marzo.

Estados Unidos y Venezuela no tienen embajadores en sus respectivas capitales desde 2010, y pese a varios contactos directos entre ambos gobiernos, sus relaciones diplomáticas continúan al mínimo nivel.

Sin embargo, el país suramericano sigue enviando unos 900.000 barriles diarios de crudo a su vecino del norte.