Estados Unidos anunció este viernes una nueva ayuda de 45 millones para la oposición civil siria, durante una reunión en Nueva York de un grupo de países para discutir modos de acelerar la caída del régimen del presidente Bashar Al Asad.

De total de dicho monto, 30 millones de dólares se destinarán para ayuda humanitaria, lo que eleva a 130 millones lo aportado por Estados Unidos con ese fin. Del mismo modo, los 15 millones restantes irán directamente a la oposición, precisó la secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton.

“Hoy anuncio 30 millones de dólares adicionales para ayudar a llevar comida, agua, mantas y servicios médicos de urgencia a las personas que sufren los incesantes ataques”, explicó Clinton durante una reunión con el grupo de países “Amigos de Siria”, al margen de la Asamblea General de la ONU.

“Hoy también estoy anunciando 15 millones de dólares adicionales para ayudar a los grupos civiles de oposición, lo que suma un total de 45 millones de dólares a la oposición desarmada”, agregó.

En el encuentro participaron nueve activistas sirios, que han trabajado con comités de coordinación local en ciudades como Homs. Algunos de ellos viajaron desde Siria hasta Nueva York, para exponer cuáles son sus necesidades sobre el terreno.

Washington insiste en que no apoyará abiertamente armamentar a los rebeldes, por temor a complicar aún más el conflicto interno, que ya lleva 18 meses y ha costado unos 30.000 muertos, según cifras de la oposición.

Al abrir la reunión, Clinton manifestó su convicción de que Irán hará todo lo posible para proteger al régimen de Asad. “Ya no hay dudas de que Irán hará todo lo posible para proteger a su aliado y amigote en Damasco”, aseguró.

En un encuentro más temprano en la mañana, entre los miembros del G8 (las siete naciones más industrializadas y Rusia), con naciones protagonistas de la Primavera Arabe, centrado en fortalecer lazos económicos, Clinton indicó que quería enviar “un mensaje claro a todos en la región de que estamos junto a ellos y estaremos junto a ellos tanto tiempo como sea necesario”.

“Los extremistas están claramente decididos a secuestrar estas guerras y revoluciones para impulsar sus agendas e ideología. Por ello nuestra asociación debe reforzar a aquellos que quieren ver emerger a sus países como verdaderas democracias”, sostuvo.

Altos funcionarios estadounidenses insisten en que el régimen de Asad está cediendo terreno, destacando las deserciones y pérdidas militares, así como el hecho de que Damasco ya no controla muchos pasos fronterizos.

Una de las mayores preocupaciones es la creciente crisis de refugiados. Entre un millón y un millón y medio de personas han abandonado sus hogares para irse a otros lugares del país y unos 300.000 han partido de Siria, según estimaciones de la ONU.