A más de dos años de su desaparición la carpeta perdida del edificio Alto Río registra un sumario en la municipalidad sobreseído sin resultado alguno y una causa judicial que permanece abierta con diligencias en curso.

No existe evidencia ni de su robo, ni de su regreso a los archivos de la Dirección de Obras. Mientras, el proceso judicial por el desplome de la estructura está en pleno desarrollo.

Éste es un tema que más que ser tratado, conversado y resuelto prefiere ser olvidado por los distintos entes que estuvieron en algún momento involucrados por la desaparición de una parte de la carpeta de planos del edificio alto río.

Debía permanecer en el archivo de la Dirección de Obras en Fiuc, sin embargo, posterior al terremoto, no fue encontrada.

Pericias de todos los organismos policiales correspondientes no revelaron su ubicación en aquel momento, hoy es materia de estamentos superiores como el Ministerio Público.

Meses después de constatarse su extravío, el municipio de Concepción ordenó un sumario interno que finalmente terminó sin resultados y fue sobreseído. Pero sus actores principales, como el director de Obras Juan Andreoli, sigue colaborando con la jusiticia para la indagatoria allí en curso. Incluso declaró en esa causa hace un par de semanas, pero es escueto al momento de enfrentar el tema.

Posterior a eso, el año pasado, la defensa de las víctimas de la caída del edificio, a cargo del estudio Saenger y querellante en el juicio que se lleva a cabo por el desplome de la estructura, interpuso una denuncia por el delito de infidelidad en la custodia de documentos.

Renato Fuentealba, abogado del estudio, relató que están atentos al desarrollo de ese proceso que incluso por estos días estaría en toma de declaraciones.

Las sospechas en algún momento apuntaron a un eventual robo, pero para Fuentealba, lo que esperan de la investigación debiera descartar ese supuesto por el bien de las víctimas.

Lo cierto es que para el juicio los documentos fueron reconstruidos en una parte, tal como señaló el abogado querellante, a partir de tecnología existente que consideró el Ministerio Público, lo que ha permitido que el juicio siga su curso normal.

Sin embargo, queda sembrada la duda contra los organismos que deben velar por la seguridad de documentos trascendentales de cada ciudadano, sobre todo cuando a partir de este extravío puede renacer la inquietud de qué podría ocultar la carpeta de haber sido robada, o si es que el edificio no fue construido tal como decían esos documentos. Intriga que de no aparecer el expediente nunca podrá ser resuelta.