Ford ha ganado dos rallys esta temporada (Suecia y Portugal) por cuatro victorias de Sebastien Loeb, ocho veces campeón del mundo y líder del campeonato, pero el Rally de Nueva Zelanda podría permitir al constructor estadounidense iniciar la remontada.

En Suecia, Jari-Matti Latvala ganó en un terreno que le favorecía, pero después se rompió una clavícula practicando esquí y no acudió a la prueba de Argentina.

En Portugal, el joven Mads Ostberg se benefició primero de una salida de pista de Loeb y después de la descalificación de Mikko Hirvonen (Citroën) para lograr la primera victoria de su carrera y un sorprendente triplete para Ford.

Incluso Petter Solberg, el rey de la desgracia, tiene una oportunidad de ganar en unas carreteras en las que ya se impuso en 2004, con un Subaru.

Pero tal como reconoce el patrón de M-Sport, Malcolm Wilson, Solberg “es demasiado pasional con su oficio, lo que le lleva a veces a cometer errores, mientras que para Loeb el rally es, ante todo, un trabajo”.

Ford ha vencido en tres de las últimas cinco ediciones del Rally de Nueva Zelanda (Marcus Grönholm en 2006 y 2007 y Latvala en 2010) por sólo dos victorias para Loeb (2005 y 2008).

Las dos últimas veces que Ford se impuso a Citroën en tierras neozelandesas fue por márgenes muy pequeños: Grönholm batió a Loeb en 2007 por tres décimas, la menor diferencia desde la creación del WRC, y Latvala derrotó a Sebastien Ogier en 2010 por solo dos segundos.

A eso se agarran Ford y sus pilotos para mantener las esperanzas de batir a Loeb y Citroën, ya que en las dos clasificaciones del mundial pilotos y escuderías, se encuentran muy lejos de sus competidores franceses.

Otro punto a favor de Ford es que a la marca estadounidense le encantan los aniversarios: la victoria de Latvala en 2010 en Auckland sirvió para conmemorar la 75ª victoria de la marca en WRC; a finales de abril Ford cumplió 150 rallys consecutivos acabando dentro de los puntos; y el rally de Nueva Zelanda será el número 500 del WRC, que comenzó con un rally de Montecarlo en 1973.

De viernes a domingo, los pilotos tendrán que afrontar más de 400 kilómetros cronometrados en 22 pruebas especiales para darse el gusto de rodas a fondo y 1.200 kilómetros de enlaces para admirar el paisaje.