Lamentablemente, no siempre podemos encontrarnos con buenos líderes en las empresas y nos topamos con jefes realmente difíciles de tratar.

Lo bueno dentro de todo, es que la mayoría son identificables y si actúas con inteligencia puedes llegar a lidiar con ellos exitosamente. Así lo plantea la revista Forbes, que estableció 4 tipos de superiores “tóxicos” y también indicó la manera de enfrentarlos.

1. El flojo

Es una persona que no hace nada en toda la semana y generalmente se la pasa comprando por internet, chateando, participando en interminables almuerzos o actualizando sus estados de Facebook y Twitter en el celular. Luego, cuando llega el viernes, entra en pánico porque debe cumplir con plazos de entrega de proyectos que no alcanzó a hacer y te llama para que lo ayudes a arreglar el problema.

¿Qué deberías hacer?

En lugar de odiarlo por tener que hacer su trabajo, sácale provecho a su pereza para avanzar en tu propia carrera. Puedes incluso tomar la iniciativa y preguntarle si quieres que te hagas cargo de algunos de sus proyectos que te interesen. Lo más probable es que no se niegue y de esta forma, estarás engrosando tu currículum para futuras oportunidades de trabajo.

2. La mina antipersonal

Es media tarde, y has sido un modelo de productividad: los correos electrónicos han sido contestados, los proyectos se están terminando antes de lo previsto, y estás a punto de disfrutar de un merecido almuerzo, cuando de la nada tu jefe está en tu escritorio gritándote en frente de todos por no llenar la hoja de asistencia. Este tipo de superior se asemeja al personaje de Miranda Priestly (Meryl Streep) en la película “El diablo se viste a la moda”.

¿Qué deberías hacer?

Para lidiar con este explosivo sujeto lo primero que debes hacer es mantener el control. Segundo, es cierto que hay imprevistos, pero haz todo lo posible por prever esas pequeñas cosas que despiertan su inexplicable ira, y evítalas.

Por ejemplo, si a tu jefe le molesta que llegues 1 minuto tarde, haz un esfuerzo y llega 10 minutos antes. De este modo, no tendrá ninguna excusa para criticarte.

3. El egomaníaco

Esta es la clase persona que piensa que las reglas se aplican a todos, menos a ella y actúa como si todos los demás no existieran más que para confirmar su genialidad o hacer su vida más cómoda. Además, constantemente se lleva todo el crédito por los proyectos de su equipo y traspasa la culpa a los demás de todo lo que sale mal.

¿Qué deberías hacer?

Si no puedes cambiar de empleo, la mejor manera de lidiar con un ególatra es evitando elogios innecesarios que potencien su mala conducta e ignorando todo lo que puedas sus “llamados a validación”.

Lo que debes hacer es enfocarte en cultivar las relaciones con otros miembros de la oficina. Busca a alguien que actúe como un mentor, es decir, que te dé consejos para construir una carrera sólida, asegurándote de seguir sus logros y proyectos para que no tengas que depender de tu jefe para obtener reconocimiento.

4. El “Michael Scott”

Tal como el personaje de la serie cómica estadounidense “The Office”, es un profesional arrogante, pero incompetente y que suele estar desesperado por la amistad.

Este tipo de jefe no puede decidir si quiere ser tu amigo o tu supervisor, y en ninguno de los dos ámbitos es muy bueno.

¿Qué deberías hacer?

Generalmente, estos superiores son personas inofensivas y su comportamiento está dado por su falta de confianza y capacidad social, y casi lo único que les preocupa es ser reconocido por el grupo. Si tu superior es un Michael Scott, ten compasión de él e inclúyelo en las conversaciones con los compañeros o invítalo a almorzar.

De esta manera, puedes ayudarlo a desarrollar sus habilidades sociales para que se relacione de una manera más adecuada con los demás y deje de parecer un “metido”.