La policía cubana liberó este domingo al opositor José Daniel Ferrer, detenido hace 27 días en una “ola represiva” que siguió a la visita a Cuba del Papa Benedicto XVI y quien será llevado a juicio próximamente por desorden público, informó el propio disidente.

“Me liberaron sobre la 13:00 locales (13:00 hora local). Físicamente no me siento muy bien, pero tengo buen ánimo”, dijo Ferrer a la AFP por teléfono desde su casa en el pueblo de Palmarito de Cauto, en la provincia de Santiago de Cuba, 900 km al sureste de La Habana.

Ferrer, de 41 años, explicó que las autoridades le “cambiaron la medida de prisión provisional por la de esperar en (su) casa el juicio”, aún sin fecha, al que será sometido “por el delito de desorden público”, y que le advirtieron que “estarían observando” su comportamiento.

“Me dijeron que las actividades que instigo, organizo y financio son acciones contra la revolución que causan desórdenes públicos, y que si insistía, entonces me acelerarían el proceso (judicial) y llevarían a prisión”, añadió el opositor.

“En cambio, que si me circunscribía a un tipo de oposición como escribir, a puertas cerradas, podrían considerar sobreseer mi causa”, señaló. “Voy a continuar”, apuntó el disidente.

Ferrer fue detenido el 2 de abril en una “ola represiva” en Santiago de Cuba (sureste) que siguió a la visita del papa Benedicto XVI a la isla, que incluyó a otros 42 opositores que fueron liberados paulatinamente antes de una semana, según la disidencia.

Líder de la ilegal Unión Patriótica de Cuba, Ferrer fue uno de los 75 disidentes condenados en 2003 y excarcelado en 2011 por la mediación de la Iglesia y es considerado uno de los opositores más activos en la zona oriental del país.

Ferrer suspendió el jueves la huelga de hambre que había iniciado el lunes después de que las autoridades de la sede de la Seguridad del Estado de Santiago de Cuba, donde permaneció recluido, permitieron a su esposa llevarle la comida.

“La comida de la cárcel era una tortura para mis padecimientos gastrointestinales”, explicó Ferrer, quien padece de úlcera.

La Habana considera a los disidentes “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.