Estados Unidos luchaba este miércoles por contener las secuelas de la detección de un caso de la enfermedad conocida como ‘vaca loca’ en California (suroeste), insistiendo que no supone una amenaza para los consumidores.

El Departamento de Agricultura (USDA) informó el martes la detección del cuarto caso de encefalopatía espongiforme bovina (ESB) a nivel nacional, en un establecimiento lechero del centro de California, pero indicó que el caso estaba contenido, que no contaminó la cadena de alimentos y “en ningún momento presentó un riesgo para el abastecimiento alimentario ni la salud humana”.

La ESB no se transmite a través de la leche.

El USDA “permanece confiado en la salud del ganado nacional y de la seguridad de la carne y de los productos lácteos. A medida que avance la investigación epidemiológica, el USDA continuará comunicando los hallazgos en forma oportuna y transparente”, agregó.

Muestras del animal infectado fueron enviadas a un laboratorio en Ames, Iowa, donde dieron positivo a una rara variación de la la enfermedad. Los resultados están siendo compartidos con laboratorios en Gran Bretaña y Canadá.

Casos anteriores de este mal en Estados Unidos, Canadá, Israel, Europa y Japón, causaron masivos problemas en el comercio de alimentos, por miles de millones de dólares, y resultaron en el sacrificio de lotes enteros de ganado.

Los productores de carne estadounidenses buscaban evitar el pánico.

“El mensaje más importante es que la carne estadounidense es segura”, dijo Philip Seng, de la Federación de Exportadores de Carne de Estados Unidos.

Según este gremio, las exportaciones de carne estadounidense suman más de 353 millones de dólares mensuales, con México, Canadá, Corea del Sur y Japón entre sus principales mercados.

Dos grandes cadenas de supermercados de Corea del Sur suspendieron este miércoles la venta de carne bovina importada de Estados Unidos hasta nuevo aviso y a la espera de la acción que tome el gobierno de Seúl.

Corea del Sur adoptará las medidas “apropiadas” cuando tenga más información, indicó el Ministerio surcoreano de Agricultura, que agregó que el caso detectado en Estados Unidos no concierne directamente a la carne bovina susceptible de ser importado por el país.

“Si es necesario podemos endurecer la cuarentena y las inspecciones o prohibir las importaciones”, dijo en tanto a la AFP un funcionario del ministerio bajo condición de anonimato.

Corea del Sur prohibió las importaciones de carne estadounidense a fines de 2003 por un caso previo de vaca loca, y las reanudó recién en 2008.

Japón dijo que no ha habido un cambio en su política, y las autoridades de Taiwán dijeron que seguían la situación sin tomar aún una decisión sobre los pasos a adoptar.

Estados Unidos tiene un estimado de 90,8 millones de cabezas de ganado, y representa una actividad importante en estados como Texas, Nebraska, Kansas y California.

Más de 190.000 casos de la enfermedad de la vaca loca han sido detectados en la Unión Europea desde que fue diagnosticado por primera vez en Gran Bretaña en 1986, obligando al sacrificio de millones de cabezas.

Se cree que más de 200 personas en el mundo han muerto -la gran mayoría en Gran Bretaña- de la variante humana de la enfermedad, que fue descrita por primera vez en 1996.

Los científicos creen que la enfermedad es causada por el uso de partes infectadas de ganado para hacer alimentos para otro ganado.

Las autoridades creen que comer carne de animales infectados puede disparar la forma humana de esta enfermedad degenerativa del cerebro.