El presidente boliviano, Evo Morales, admitió este domingo que existen fisuras al interior de su partido, pues sus propios militantes empañan la gestión de gobierno pretendiendo hacer méritos para ser nominados a cargos electivos en los comicios de 2014.

“Es el problema que tenemos como masistas (militantes del MAS, Movimiento Al Socialismo) o como movimientos sociales. Ya están pensado en 2014 o 2015, quién va a ser diputado”, dijo el mandatario en acto público cumplido en la localidad rural de Cosapa en Oruro (sudoeste) donde entregó obras públicas.

Explicó que si un dirigente de segundo nivel se da cuenta que otro sobresale, “organiza una cupulita para perjudicarlo, inventando cualquier cosa para eso”.

“Esas pugnas internas perjudican. Ahí vienen los conflictos”, subrayó el mandatario y jefe político del MAS, en el poder desde enero de 2006 y en su segundo periodo de gobierno desde 2011 hasta 2015.

Morales exhortó a su militancia a no insistir en dicha práctica. “No nos perjudiquemos entre nosotros”, dijo al reconocer que todos los dirigentes “tienen derecho a proyectarse, pero no con mentiras y engaños sino trabajando transparentemente con las bases que saben reconocer quién va a ser su autoridad”.

El mandatario izquierdista ganó dos elecciones consecutivas con un amplio caudal de votación: 54% en 2005 y 64% en 2010. La encuesta de la firma privada Ipsos de marzo señala que la aprobación ciudadana de Morales se sitúa en 39%.

Sin embargo, su imagen se vio afectada en 2010 cuando pretendió aplicar un incremento al precio de los hidrocarburos, medida que suspendió por presión popular; y en 2011 por la represión policial a una marcha de indígenas de la Amazonía que demandaba la suspensión de un proyecto vial que dividía un parque natural.