Habrá revancha en el aire en Stamford Bridge el miércoles (18h45 GMT), en un duelo Chelsea-Barcelona que va camino de convertirse en todo un clásico europeo, con ocho partidos disputados entre ambos desde 2005, y, además, últimamente, cargados de polémica.

El Chelsea espera este momento desde 2009, cuando se midieron en semifinales y los azulgranas eliminaron a los ‘Blues’ (que reclamaron hasta seis penales no señalados) en este mismo escenario, con un gol de Andrés Iniesta (1-1, con 0-0 en la ida) en los últimos instantes del encuentro.

Muchos de los actores protagonistas de aquel partido volverán a coincidir, entre ellos el delantero costamarfileño del Chelsea Didier Drogba, que fue sancionado con tres partidos por sus ataques verbales al colegiado del encuentro, el noruego Tom Henning Ovrebo.

Por ello, el conjunto londinense sigue con ganas de venganza, exclusivamente futbolística, y, al igual que el Barcelona, llega al encuentro europeo en un gran estado de forma, tras golear al Tottenham (5-1) en las semifinales de la Copa de Inglaterra, accediendo a la final, donde se medirá al Liverpool.

“Es normal que nos tengan ganas”, reconoció el lunes el propio Iniesta en conferencia de prensa, confiado en que el papel de vencedor vaya de nuevo a parar a manos de su equipo.

Su compañero brasileño Dani Alves calentó más si cabe el ambiente este martes, en dos entrevistas publicadas por los diarios británicos ‘The Guardian’ y ‘The Independent’.

“El Chelsea perdió (en semifinales de ‘Champions’ de 2009) porque tuvo miedo. Con un jugador más, se fueron atrás, se conformaron y lo pagaron”, aseguró el lateral brasileño.

El Barcelona, segundo en la liga española, afrontará el sábado uno de los partidos más importantes de la temporada, el gran Clásico ante el Real Madrid, con el título en juego, ya que los blancos son líderes con cuatro puntos de ventaja, una presión psicológica que el Chelsea tratará de aprovechar.

Sexto en la clasificación de la liga inglesa, el conjunto entrenado por el italiano Roberto Di Matteo tiene todas las esperanzas de la temporada depositadas en la ‘Champions’, tras dos años consecutivos ausente de las semifinales.

Aunque la defensa del Chelsea no es especialmente sólida esta temporada (38 goles encajados en 33 partidos), Di Matteo podría verse tentado a adoptar una estrategia ultradefensiva, de contención, al estilo de su predecesor portugués en el cargo José Mourinho, actualmente técnico del Real Madrid, que ya eliminó al Barça en semifinales hace dos años, con el Inter de Milán.

Todo lo contrario que los catalanes, que ganaron el título europeo en tres de las últimas seis ediciones y son asiduos de esta penúltima fase de la competición, y que apostarán, una vez más, por su juego ofensivo e intimidatorio.

El arma del Barça para derribar un hipotético muro defensivo inglés es de origen argentino, se llama Leo y se apellida Messi. Con el máximo goleador de esta temporada en ‘Champions’ (14 dianas) sobre el terreno de juego, apenas hay planteamientos conservadores útiles, y es lo que su técnico, Pep Guardiola, quiere demostrar.

En la defensa azulgrana, Guardiola recupera a uno de sus hombres clave, Gerard Piqué, que tratará de inhabilitar el peligro ofensivo de Drogba y los españoles Juan Mata y Fernando Torres.