El domingo se realizará la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Senegal, en la que participarían unos 5 millones de electores. esto ocurre en medio de protestas inéditas contra la candidatura del mandatario saliente a un tercer periodo consecutivo, considerada ilegal por la oposición.

Las manifestaciones se producen porque el actual presidente senelagés Abdoulaye Wade, de 85 años, está en el poder desde el año 2000 y ya agotó sus sus dos mandatos autorizados, afirma la oposición sel país. Así, la tercera candidatura sería ilegal, a pesar de que fue validada y confirmada a finales de enero por el Consejo Constitucional.

Desde entonces, las manifestaciones han sido reprimidas por las fuerzas del orden público en Dakar y otros lugares de Senegal, dejando por lo menos seis muertos y unos veinte heridos.

Además de los opositores tradicionales, participaron en ellas miles de jóvenes desocupados, sin ingresos fijos, que ven su futuro con preocupación.

La mayoría de los 13 candidatos que enfrentarán a Wade el domingo forman parte de la oposición a Wade. Los cuatro principales son tres de sus ex primeros ministros, Moustapha Niasse, Idrissa Seck y Macky Sall, a quienes se suma Ousmane Tanor Dieng, líder del Partido Socialista (PS), la formación que dirigió el país de 1960 a 2000.

En el mismo contexto, la Casa Blanca manifestó su deseo de que la elección sea “libre, justa, transparente y pacífica”, y llamó a todos los senegaleses a actuar con “contención” y no recurrir a la violencia.

En un comunicado, el portavoz del presidente Barack Obama, Jay Carney, instó además a las autoridades de Dakar a asegurarse de que la elección “refleje la voluntad de los senegaleses”.

A su vez, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, lamentó los hechos de violencia que han rodeado la campaña presidencial y expresó sus deseos de que los comicios sean “pacíficos, creíbles y transparentes”.