La gripe aviar es considerada una rara enfermedad que mata a más de la mitad de los infectados, pero un estudio divulgado este jueves en Estados Unidos sugiere que puede ser más común y menos letal de lo que se pensaba.

La investigación podría ayudar a calmar la preocupación sobre el potencial de una pandemia mortal que podría matar a muchos millones de personas, provocada por la reciente creación en un laboratorio de una forma mutante de gripe aviar que puede contagiarse entre mamíferos.

Investigadores de la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai de Nueva York analizaron 20 estudios previos internacionales que analizaron sangre de cerca de 13.000 participantes de todo el mundo.

Así, hallaron que entre el 1% y el 2% de los evaluados mostró evidencia de una infección previa de gripe aviar H5N1, lo que significa que millones de personas podrían haber estado infectadas en todo el mundo.

Las cifras de la Organización Mundial de la Salud muestran actualmente sólo 573 casos en 15 países desde 2003, de los cuales 58,6% fueron mortales.

Los investigadores dijeron que la OMS puede estar pasando por alto numerosos casos al centrarse sólo en hospitalizaciones y enfermedades graves, y recomendó un nuevo enfoque para calcular el número real de casos de gripe aviar.

Los resultados también podrían significar que la tasa de mortalidad de la gripe aviar está subestimada, en gran parte porque muchas de las personas que se enferman viven en zonas agrícolas rurales, donde puede ser difícil conseguir atención médica.

“Sugerimos que se asegure una mayor investigación, a gran escala y con un enfoque estandarizado, para calcular mejor el número total de infecciones por H5N1 producidas en seres humanos”, escribieron los autores.

Investigadores de Holanda y Estados Unidos provocaron alarma internacional con la exitosa creación en un laboratorio de una forma mutante de la gripe aviar transmisible entre hurones.

Las autoridades sanitarias de Estados Unidos han instado a las principales revistas científicas a publicar sólo versiones muy editadas de los estudios con el fin de evitar que los datos caigan en manos de terroristas.

Sin embargo, un grupo internacional de expertos, reunido en la sede de la OMS en Ginebra la semana pasada, decidió que los estudios eventualmente deben publicarse en su totalidad, aunque antes será necesaria una nueva evaluación del riesgo.