El emperador de Japón, Akihito, dejó el lunes la unidad de terapia intensiva de un hospital de Tokio, recuperándose de su operación del sábado en la que se le colocó un baipás cardíaco, anunció el palacio imperial.

Akihito, de 78 años, fue operado por una constricción de dos arterias. La intervención duró unas cuatro horas.

La agencia de prensa Jiji precisó que el emperador pudo volver a leer. Según los médicos podría dejar el hospital en dos semanas.

Durante la convalescencia de Akihito en el Hospital Universitario de Tokio, su hijo mayor, el príncipe heredero Naruhito, se encarga de las funciones oficiales que habitualmente desempeña el emperador.

Como jefe del Estado japonés, el emperador tiene sólo una función simbólica y no dispone de ningún poder político, pero tiene que cumplir con numerosos compromisos, tales como encuentros con dirigentes extranjeros.

La dinastía imperial remonta a 2.600 años, según la mitología que presenta a los emperadores de Japón como los descendientes de la diosa del Sol Amaterasu. Los historiadores sitúan el inicio del linaje en el siglo VII después de Cristo.

La japonesa es la familia reinante más antigua del mundo y, en virtud de una ley de 1889, sólo pueden subir al trono los hombres. Antes habían reinado en el archipiélago algunas emperatrices, hasta Go-Sakuramachi, la última mujer que ocupó el trono del Crisantemo, entre 1762 y 1771.