La NBA despedirá el 2011 con campanadas de alerta más que de felicidad, pues el nuevo convenio laboral entre jugadores y dueños de equipos, que permitió rescatar una temporada recortada, es como una bomba de relojería, capaz de explotar en cualquier momento.

Luego de 149 días de conflicto, las partes llegaron a un acuerdo el primer sábado de diciembre para salvar a una industria que deja 4.000 millones de dólares anuales en ganancias y da empleo a miles de personas en Estados Unidos y Canadá.

Todavía se desconocen los detalles del acuerdo, y lo único firme es que la temporada 2011-2012 arrancará el día de Navidad, 25 de diciembre, pero será una campaña acortada a 66 partidos, en lugar de los 82 habituales.

Todo indica que los grandes perdedores de este conflicto han sido los jugadores, el público, y los trabajadores de las instalaciones de la NBA, que no cobraron un centavo de salario durante el paro.

En el nuevo convenio laboral, que estará vigente por 10 años, los jugadores hicieron concesiones significativas, incluyendo una reducción de hasta 300 millones de dólares por temporada en salarios, lo que representa 3.000 millones de dólares durante la vigencia del acuerdo.

El acuerdo provisional tiene una opción para que uno u otro lado pueda darlo por terminado después de seis años.

Antes de este pacto, los dueños habían ofrecido compartir las ganancias (50-50) mientras que los jugadores, que recibían 57% en el contrato que venció el 1 de julio pasado, no estaban dispuestos a aceptar menos de 52,5%. La diferencia entonces era una brecha de ingresos de 100 millones de dólares anuales, que ahora se ha triplicado.

Pero, finalmente, se llegó a una tregua y por lo pronto se jugará una campaña que para muchos será tan anodina como la de 1999, cuando otra huelga acortó la temporada.

Tan pronto se hizo firme el acuerdo, los equipos comenzaron a rearmarse y a perseguir a los agentes libres. Y como siempre sucede, los clubes poderosos van delante en esta batalla, pese a las reglas del nuevo convenio para tratar de equiparar la caza de talentos.

Los Angeles Lakers y New York Knicks anunciaron que están, billetera en mano, tras el armador Chris Paul y el centro Dwight Howard, las dos piezas más codiciadas del mercado.

Cualquiera de los dos, o los dos, aunque tengan que ceder a Pau Gasol, convertirían a los Lakers en el ‘trabuco’ del Oeste.

Pero no siempre una constelación de estrellas garantiza un título, y si no que se lo pregunten al Miami Heat, vencido en la final de este año por unos Dallas Mavericks que ganaron su primer título de la NBA en 31 años de existencia.

Los Mavericks se llevaron 4 triunfos a 2 la serie al mejor de siete juegos y se cobraron la derrota ante Miami en la final de 2006.

El canastero alemán Dirk Nowitzki fue designado el Jugador Más Valioso (MVP) de la final tras una serie en la que promedió en los seis partidos 26 puntos y 9,7 rebotes por juego.

El 2011 también el retiro de tres grandes estrellas de la NBA: Shaquille O’Neal, el chino Yao Ming y Phil Jackson, éste el técnico más ganador de todos los tiempos.

Shaq, cuatro veces campeón de la NBA y quinto mejor anotador de todos los tiempos, se retiró a los 39 años, aquejado por lesiones que limitaron su tiempo de juego en las últimas temporadas con los Phoenix Suns, Cleveland Cavaliers y Boston Celtics.

Las lesiones también le pasaron factura al pivot chino de los Houston Rockets, Yao Ming, uno de los primeros asiáticos en jugar en la NBA y uno de los deportistas más famosos de su país, quien oficializó su retiro en julio.

Pese a la humillación final de ver como Dallas barría a sus Lakers de Los Angeles en los playoffs del Oeste, Phil Jackson se retiró por la puerta de los grandes, con 13 anillos de campeón y el mérito de haber dirigido a las leyendas de dos dinastías: Michael Jordan y Kobe Bryant.

Jackson, quien a sus 66 años se acogerá a un segundo retiro, cosechó en 21 temporadas 11 títulos, seis con los Chicago Bulls de Jordan y cinco con los Lakers de Bryant.

Su lugar en el banquillo de los Lakers lo ocupará Mike Brown, ex técnico de los Cleveland Cavaliers por cinco temporadas.