En Jun, en el sur de España, un alcalde ha propuesto bodas exprés a los homosexuales antes de las elecciones del 20 de noviembre, por miedo a que este derecho pueda verse derogado si vuelve al poder la derecha, que también prevé modificar la ley sobre el aborto.

“La gente tiene mucho miedo, se dan cuenta de que hay un verdadero riesgo de un cambio y que van a perder un derecho que costó mucho adquirir”, afirmó el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez.

“Es verdad que las consultas sobre qué va a pasar (…) han subido en un porcentaje altísimo”, confirmó a AFP Luisa Notario, responsable de familia de la Federación de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), la más importante del país.

“Hay personas que vienen para regularizar su situación o la de sus hijos o porque necesitan casarse para inicar el proceso de adopción”, añadió.

El gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en el poder desde 2004, ha hecho de España uno de los países más progresistas en legislación social.

Legalizó en 2005 el matrimonio homosexual y permitió a estas parejas adoptar, uniéndose a la decena de países que en todo el mundo han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En 2010, reformó la ley del aborto para permitir la interrupción libre del embarazo hasta las 14 semanas, cuando antes sólo se les permitía en caso de violación, malformación del feto o riesgo físico o psicológico para la madre.

Dos leyes polémicas en un país de gran tradición católica: centenares de miles de personas salieron a las calles para protestar, a pesar de que una mayoría de españoles las aprueban.

El Partido Popular (PP, derecha), gran favorito para las elecciones, había votado en contra en el parlamento y las recurrió ante el Tribunal Constitucional, y su líder, Mariano Rajoy, ha afirmado que se atendrá a lo que diga la justicia.

Sobre el aborto, tras haber evocado una anulación pura y dura, el PP habla en su programa de “modificar” la ley “para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores”.

“Lo que no acepto es que una chica de 16 años pueda abortar sin el consentimiento de sus padres”, se ha limitado a decir Rajoy.

“No quiere hablar de este tema” porque “sabemos que dentro del PP hay dos corientes: una pide la derogación de la Ley del Aborto y hay otra corriente que quiere un compromiso mucho menor”, dice Ignacio Arsuaga, presidente de HazteOir, una asociación contra el aborto y el matrimonio homosexual, que afirma tener 300.000 miembros.

Sobre la homosexualidad, Rajoy también se mantiene ambiguo. Asegura que prefiere el término “unión civil” al de matrimonio, pero ¿qué pasa con la adopción?

Aunque “preocupada”, Luisa Notario, cree que los conservadores “no se van a atrever a dar este paso atrás porque eso sería posicionarse, no sólo en España sino en Europa, como un partido de ultraderecha”.

“Sería un mal paso y crear un problema donde no existe”, insistió Evaristo Villar, portavoz de Redes Cristianas, una organización que agrupa a 150 colectivos católicos progresistas, puesto que se han celebrado más de 20.000 bodas homosexuales en España desde 2005, y muchos de ellos tienen hijos.

Lo mismo vale para el aborto porque antes “sólo los ricos podían ir a abortar en Inglaterra”.

En definitiva, estas leyes han permitido avanzar a “una sociedad que ya no es tan cristiana como era antes porque la secularización aquí como en Europa está haciendo grandísimos progresos”, concluye.