A tres meses de las elecciones generales en Nicaragua, activistas descontentos por la demora en la entrega de cédulas de identidad, necesarias para votar, elevaron su presión con bloqueos de calles y ocupación de oficinas públicas en distintas zonas del país.

En Siuna, acceso a la Región Autónoma del Atlántico Sur, cientos de pobladores mantenían bloqueada el martes una carretera que fue cortada la semana pasada en demanda de dicho documento.

Las oficinas del Consejo Electoral en el Departamento de Matagalpa, 130 km al norte de Managua, fueron ocupadas por jóvenes que demandan la entrega de los documentos, lo mismo que las de Nueva Segovia, 216 km al norte de la capital, dijeron funcionarios electorales.

“No vamos a seguir tolerando que se siga humillando a la población (…), no vamos a salir de aquí, ésta es una protesta indefinida hasta que nos den respuesta”, dijo Byron Díaz, dirigente del movimiento por la Resistencia Juvenil por la Dignidad Nacional (Rejudín).

En la capital, activistas del Rejudín y del Movimiento Nicaragua 2.0 se plantaron frente al cuartel de la comandancia del Ejército para exigir que los militares no salgan a reprimir protestas.

La semana pasada fueron desplegados soldados en San Fernando (Nueva Segovia), tras disturbios entre personas que reclamaban sus cédulas y simpatizantes del partido gobernante, con un saldo de cuatro heridos.

La presencia de militares en focos de protestas fue denunciada en otros lugares, algo que la presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos, Vilma Núñez, calificó como un acto “intimidatorio”.

El opositor Movimiento Por Nicaragua acusó al gobernante Frente Sandinista de “manipular la cedulación” de los ciudadanos como “un estrategia perversa de discriminación ejecutada durante varios años”.

Pero el asesor de la Presidencia, Bayardo Arce, dijo que las protestas son una maniobra de la oposición para “empañar” el proceso electoral y luego “justificar que no ganaron”.