El dirigente libio Muamar Gadafi juró este sábado que no se irá “nunca” de la tierra de sus “antepasados”, a modo de ironía sobre los llamamientos internacionales que le piden que se vaya.

“Me piden que me vaya (de Libia), tiene gracia. No dejaré la tierra de mis antepasados ni al pueblo que se ha sacrificado por mí”, afirmó Muamar Gadafi dirigiéndose por altavoces a miles de libios congregados en Zawiya, a 50 km al oeste de Trípoli, su bastión.

“Estoy dispuesto a sacrificarme por mi pueblo y no me iré de esta tierra regada con la sangre de mis antepasados que combatieron a los colonos italianos y británicos”, dijo el coronel Gadafi, confrontado desde hace cinco meses a una rebelión armada.

Las potencias mundiales y regionales que forman el Grupo de Contacto sobre libia instaron el viernes a Gadafi a abandonar el poder y reconocieron plenamente a los rebeldes, a quienes el líder libio considera “mercenarios designados por (el presidente francés Nicolas) Sarkozy y por su jefe de inteligencia”.

“Estas ratas (nombre que da a los rebeldes y sus seguidores) tomaron como rehén a nuestro pueblo en Bengasi (la “capital” insurgente en el Este), en Misrata (200 km al este de Trípoli) y en las montañas del Oeste y se sirven de él como escudo humano”, dijo.

Gadafi prometió que “cinco millones de libios armados avanzarán hacia ellos y liberarán las ciudades ocupadas en cuanto se les dé la orden”.

Las fuerzas gubernamentales habían retomado el control de Zawiya en marzo al cabo de dos semanas de enfrentamientos con los rebeldes. Esta ciudad se encuentra cerca de la frontera tunecina.