Estados Unidos y Japón disputarán el domingo la final del Mundial de fútbol femenino, tras superar por 3-1 a Francia y Suecia en sus respectivos duelos de las semifinales del torneo este miércoles, donde Europa fue la gran derrotada del día.

Con las anfitrionas alemanas -vigentes campeonas- y Brasil -subcampeonas- eliminadas en cuartos, Estados Unidos confirmó su condición de gran favorito y parece ante una ocasión de oro para convertirse en el primero en levantar el trofeo en tres ocasiones, rompiendo la igualdad actual a dos con Alemania.

Las norteamericanas han llegado a dos finales y siempre ganaron (1991, 1999), mientras que para las asiáticas se trata de su primera gran final.

En su semifinal, Lauren Cheney (minuto 9) había puesto por delante a Estados Unidos con un disparo raso en el área tras un gran pase de Wambach, pero las francesas habían igualado en el 55, por medio de Sonia Bompastor, ex jugadora del estadounidense Washington Freedom.

En la recta final, con el duelo abierto, Wambach (79) remató de cabeza un córner y decidió la suerte del partido, apenas tres días después de haber sido la heroína de los cuartos, logrando el empate 2-2 ante Brasil en el descuento de la prolongación. Alex Morgan sentenció con el 3-1 en el minuto 82.

“Estoy muy orgullosa de este equipo. Todas creen en las posibilidades del equipo y trabajamos unas para otras. Hemos tenido que jugar casi perfecto para poder ganar”, comentó Wambach.

Para Francia, que ya hizo historia superando la fase de grupos por primera vez en una Copa del Mundo de mujeres, y consiguiendo también por primera vez la clasificación para los Juegos Olímpicos, la aventura continuará el sábado, en la pugna por el ‘bronce’ simbólico en Sinsheim.

En la segunda semifinal, el resultado también fue de 3-1 y también tuvo derrota europea: Japón ganó a Suecia y se confirma como el gran ‘outsider’ de esta edición, quedando a un paso de la gloria.

Las suecas se adelantaron en el marcador en el minuto 10 por medio de Josefine Oqvist, pero las asiáticas remontaron después gracias a un ‘doblete’ de Ayako Kawasumi (19, 64) y a una nueva diana de su capitana Homare Sawa (60).

Para Sawa, que ya había conseguido tres tantos en la goleada por 4-0 sobre México en la primera fase, se trata del cuarto en su cuenta particular, lo que le permite volver a situarse al frente de la tabla de máximas anotadoras, igualada con la brasileña Marta, cuyo equipo cayó eliminado en los cuartos.

Más allá de esa lucha particular por la Bota de Oro, Sawa y sus compañeras están a las puertas del que sería el gran éxito de su historia, después de haber dado la gran sorpresa del torneo en los cuartos de final, cuando dejaron fuera a Alemania, el grandísimo favorito.

Japón, que antes de este Mundial sólo había superado la fase de grupos en una ocasión, cayendo en los cuartos, ganó ante las alemanas su primer partido en un Mundial a un equipo europeo y repitió en estas semifinales, superando a las suecas, que habían vencido en sus cuatro partidos hasta ahora en Alemania-2011.

“En Japón, ahora es muy pronto por la mañana, pero sabemos que hay mucha gente viéndonos y eso nos da mucha fuerte y coraje. Queremos darles nosotros también eso, fuerza y coraje, y esperamos hacerlo también en la final”, dijo el entrenador del equipo, Norio Sasaki.

Las semifinales de este miércoles estuvieron además dedicadas, dentro del Día contra la Discriminación que organiza la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), a combatir el racismo, la homofobia, el sexismo o cualquier forma de “injusticia social”, con la lectura de un manifiesto antes de los partidos.