Sergio Batista, el entrenador que sucedió a Diego Maradona al frente de la selección argentina, afrontará una dura prueba en la Copa América el mes próximo, en la que sus dirigidos partirán como favoritos, con la misión de recuperar la confianza de la gente y superar las críticas.

Elegido por iniciativa personal del presidente de la AFA, Julio Grondona, Batista tomó el timón del plantel mayor tras la eliminación argentina en los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica-2010, cuando el influyente dirigente decidió no renovar el vínculo con Maradona.

El ‘Checho’ Batista dirigió al equipo argentino ganador de la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008, pero también estuvo a cargo de las selecciones juveniles y sufrió un duro fracaso cuando su equipo tuvo una mala campaña en el Sudamericano Sub-20 de Venezuela-2009 y quedó fuera del Mundial de Egipto de la categoría.

Durante su gestión al frente del seleccionado mayor, Batista consiguió resonantes triunfos en amistosos sobre España (4-1), el actual campeón mundial, y Brasil (1-0).

Sin embargo, en los últimos tiempos, fue el eje de diversas críticas por las múltiples convocatorias de decenas de jugadores, con el mismo estilo que tenía Maradona, para disputar diversos amistosos.

Esas pruebas le dieron resultados ante adversarios de escaso nivel, pero Argentina también perdió prestigio con tropiezos ante Nigeria (4-1) y Polonia (2-1), en partidos en los que Batista improvisó una formación a la que le faltaban trabajo y ensayos.

El cachetazo sufrido ante las ‘Aguilas Verdes’ de Nigeria despertó hasta las críticas de Grondona, que no dudó en señalar que “a estos amistosos los pide Batista, pero lo que no se puede es rifar el prestigio. A mí me duele muchísimo cuando Argentina va perdiendo un partido, y más si está haciendo un papelón”.

El ‘Checho’ también tropezó con sus propias palabras, pues primero excluyó de la selección al popular Carlos Tevez, uno de los preferidos por el público, por ausentarse en un amistoso contra Brasil, pero a pocas semanas de la Copa América volvió a llamarlo y no dudó en considerarlo un jugador “clave”.

Desde que condujo al seleccionado que ganó el oro olímpico en Pekín, Batista intentó hacer girar el equipo albiceleste alrededor del habilidoso Lionel Messi, tal como sucede en el FC Barcelona, en el que el atacante es la gran figura dentro de una notable estructura de jugadores habilidosos.

Entre los críticos más acérrimos de Batista está su antecesor Maradona, quien sostuvo que si el actual seleccionador “dice que Messi es feliz, es porque se disfrazó de ‘Piñón Fijo’ (un popular payaso), porque el ‘Checho’ no puede hacer feliz a nadie”.

Reconocido en sus tiempos de jugador como un muy buen volante central, tanto en Argentinos Juniors como en River Plate, Batista integró el seleccionado argentino campeón mundial en México-1986 y subcampeón en Italia-1990, donde compartió plantel con Maradona.

Como entrenador, dio sus primeros pasos en el Tosu japonés y ascendió a la primera división a Argentinos Juniors en 2004, pero no alcanzaría resultados más relevantes hasta que se incorporó a un equipo de ex jugadores de la selección, con Maradona como DT del equipo mayor y Batista al frente de los seleccionados juveniles.