La reforma de la ley antiterrorista chilena “ha sido sólo un juego de palabras”, denunció el sábado en París la vocera de los 34 presos mapuche que comenzaron a ser juzgados, al concluir una intensa gira europea durante la que pidió que viajen a Chile “observadores internacionales”.

Natividad Llanquileo | G.Guzman

Natividad Llanquileo | G.Guzman

“Lo único positivo que tiene esta ley es que saca a los menores de edad. Las demás modificaciones son solamente un juego de palabras”, afirmó Natividad Llanquileo.

Diecisiete de los 34 mapuche que empezaron a ser detenidos en abril de 2009 acusados de incendios, robos de madera y enfrentamientos con la policía en el marco del reclamo de sus tierras ancestrales, están siendo juzgados desde el 8 de noviembre en Cañete.

Tras una huelga de hambre de 82 días, el gobierno impulsó un reforma de la ley antiterrorista heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90) que siguió vigente durante los gobiernos de la Concertación. El Congreso chileno aprobó la reforma a fines de septiembre, lo que permitió que los presos mapuches depusieran su protesta.

Entre las modificaciones destacan la prohibición de aplicar la ley a menores de 18 años y una reducción de las penas por el delito de incendio.

“La reforma de la ley no ha cambiado nada”, insistió Llanquileo. “El gobierno retiró la querella por delitos antiterroristas pero sigue usando las herramientas de la ley, como los testigos protegidos”, denunció.

“Antes de comenzar la huelga me pidieron que fuera su vocera (…) y era lo mínimo que podía hacer”, aseguró Natividad, que el 15 de noviembre inició su primera gira europea, que la llevó a París, Bruselas, Amsterdam, Berlín y Ginebra.

Allí se reunió con parlamentarios, defensores y organismos de derechos humanos, comisiones de la ONU y grupos de apoyo al pueblo mapuche.

“Les vine a contar qué es lo que estaba pasando, cómo fue la huelga, qué es lo que sigue ahora y cuál es la necesidad que tenemos ahora: necesitamos la presencia de observadores internacionales en estos juicios”, sostuvo antes de asegurar que el balance de su gira europea es “positivo”.

Confesó que le sorprendió encontrar a gente “muy interesada, que ya sabía de la situación de los mapuche”, subrayó, refiriéndose en particular a parlamentarios alemanes o franceses, que manifestaron su intención de viajar a Chile para conocer una situación que los mapuche denuncian de larga data.

“Todo parte con el tema de las tierras, la invasión de las empresas forestales, mineras y el gobierno”, explicó Llanquileo, que denunció una “militarización” de la VIII y IX regiones de Chile.

“A ellos también les interesa que haya gente presa para no oponerse a sus proyectos (…) Porque todo responde a intereses económicos”, afirma, antes de considerar que en Chile “el estado de derecho existe para la gente no mapuche”.

Reconoce que uno de los efectos positivos de la huelga de hambre fue “romper el cerco” de los medios de comunicación y que en Chile “ya no se hable del indio, sino del mapuche”.