Grecia reconoció el lunes haber quebrantado las condiciones de una nueva partida del rescate puesto en marcha para evitarle la bancarrota, el mismo día en que la Eurozona y el FMI comienzan el control de los recortes presupuestarios realizados para ver si se ajustan a lo pactado.

Bruselas anunció este lunes una nueva revisión al alza del déficit griego en 2009, a 15,4% del Producto Interior Bruto (PIB), o sea casi dos puntos por encima de las cifras anunciadas en la pasada primavera boreal.

Esta enésima revisión augura un aumento de las medidas de austeridad en los presupuestos de Grecia para 2011, que serán dados a conocer el jueves, para satisfacer las exigencias de los prestamistas.

El lunes el ministerio de Finanzas griego se vio obligado a admitir las repercusiones en las cifras de 2010 e indicó que el déficit alcanzará finalmente 9,4% del PIB, o sea que supera en más de un punto lo previsto en el plan negociado con la Unión Europea (UE) y el FMI.

Pero el ministerio destacó que el recorte del déficit en 2010 es “más importante que lo que se había previsto inicialmente, equivalente a seis puntos porcentuales del PIB”.

La última semana, el primer ministro Giorgos Papandreou saludó “los sacrificios del pueblo griego” que permitieron el mayor recorte de déficit jamás realizado en un país de la zona euro.

Los sindicatos ya temían la revisión de Bruselas, motivada por la integración de las cuentas (y de las deudas) de las empresas públicas en la contabilidad nacional.

Las organizaciones sindicales temen que la troika formada por el FMI, la UE y el Banco Central Europeo (BCE) decrete más rigor, tras las medidas de austeridad impuestas hace meses (recortes salariales, subidas de impuestos, reforma de las pensiones) en un país que atraviesa su segundo año de recesión.

La visita de los expertos de la troika es un ritual antes del pago de cada una de las partidas del préstamo de 110.000 millones de euros (150.000 millones de dólares) concedido en mayo, de los que ya se desembolsaron 30.000 millones. Un tercer pago, de 9.000 millones de euros, está previsto en diciembre.

Dispuesto a proseguir con el saneamiento presupuestario, Papandreou anunció el domingo que “las eventuales” nuevas medidas tienen que ver con privatizaciones y no afectarán a los empleados ni a los jubilados.

Y no ha descartado la posibilidad de prolongar el tiempo para reembolsar el préstamo de la UE y el FMI mediante el “cambio de algunos términos secundarios del plan para elegir soluciones más justas”.

Pero el Partido Comunista convocó una manifestación contra el rigor presupuestario para el lunes por la noche en Atenas y la central que representa a los trabajadores del sector privado prevé una huelga el 15 de diciembre.

Los errores en las cifras presupuestarias griegas originaron la crisis de la deuda que sacudió a la zona euro y todavía hace que los mercados desconfíen de países considerados frágiles, como por ejemplo Irlanda.