El joven canadiense Omar Khadr, acusado por Estados Unidos de crímenes de guerra, se declaró culpable el lunes de todos los cargos formulados en su contra ante un tribunal militar de excepción en Guantánamo, la base naval estadounidense en la isla de Cuba.

Omar Khadr | amnesty.ca

Omar Khadr | amnesty.ca

Omar Khadr, de 24 años, fue capturado por Estados Unidos cuando tenía 15, en 2002 en Afganistán, y está acusado de lanzar una granada que mató a un soldado estadounidense, y de haber preparado bombas artesanales con la intención de matar a militares estadounidenses.

Durante una audiencia de una hora, el juez militar y coronel Patrick Parrish leyó las cinco acusaciones de las que el joven se declaró culpable: crímenes de guerra, asesinato, complot, apoyo material al terrorismo y espionaje.

“¿Se declara usted culpable por propia voluntad?”, preguntó el juez. “Sí”, respondió Khadr, con barba tupida, de camisa blanca y corbata, quien se sujetaba la cabeza entre las manos.

Ultimo occidental aún detenido en Guantánamo, es hijo de un canadiense de origen egipcio, próximo a Osama bin Laden y muerto en 2003 en Afganistán.

El juez militar, que aseguró que el acuerdo amistoso -que implica “una sentencia reducida”- no será divulgado ante los jurados mientras éstos no revelen la pena, y suspendió la audiencia hasta el martes tras la lectura de los cargos.

Los siete jueces militares, que no asistieron a la audiencia el lunes, pueden decidir castigarlo con una pena superior a la prevista en el acuerdo cuyo contenido no conocerán. Pero Omar Khadr cumplirá la pena más corto de las dos explicó el juez. Los años de prisión ya cumplidos no serán tenidos en cuenta.

El acuerdo incluye asimismo la garantía de que el condenado, que puede apelar, podrá solicitar tras un año cumplir el resto de la pena en Canadá, un obstáculo que bloqueó durante mucho tiempo las negociaciones sobre un acuerdo entre las partes.

Su abogado civil canadiense, Dennis Edney, declaró a la prensa que el gobierno canadiense había entregado “notas diplomáticas” en ese sentido.

Según The Miami Herald, que cita a un alto funcionario estadounidense, la pena negociada es de ocho años, siete de los cuales podría cumplir en Canadá.

El fiscal militar John Murphy se felicitó del curso del proceso: “Omar Khadr no es un víctima (…), no es un niño soldado, es un asesino”, declaró a la prensa. Estimó que ese día sería un hito en la historia d elas comisiones militares de excepción puestas en vigor por George W. Bush y restablecidas, tras su reforma, por la administración Obama para juzgar a algunos prisioneros de Guantánamo.

Edney volvió a denunciar “un proceso judicial defectuoso”. “Omar Khadr es una víctima de la política canadiense y estadounidense (…). Es inocente pero al fin de cuentas se declaró culpable”, afirmó.

Su proceso, iniciado en agosto, fue interrumpido tras un malestar de su abogado y postergado nuevamente por una semana hasta el 25 de octubre para permitir negociaciones sobre un acuerdo de declaración de culpabilidad al que llegaron a último momento.