Una prolongada protesta de estudiantes secundarios (nivel medio) de Buenos Aires se extendió este miércoles a una veintena de escuelas públicas en reclamo de mejoras edilicias y la adhesión del nivel universitario.
La presidenta Cristina Kirchner apoyó la protesta estudiantil en la capital argentina, cuyo alcalde, el derechista Mauricio Macri, está duramente enfrentado con el gobierno federal.
Los universitarios tomaron este miércoles la sede de la Facultad de Filosofía y Letras en “solidaridad con los secundarios”, mientras los estudiantes de unas 20 escuelas del nivel medio se sumaron a la protesta que se llevaba a cabo en otros 15 establecimientos.
El conflicto lleva más de un mes y amenaza con generalizarse en Buenos Aires, donde estudian casi 100.000 alumnos secundarios en escuelas públicas.
“Hemos decidido ocupar la Facultad no sólo como parte del apoyo al plan de lucha de los secundarios, sino también por nuestras propias reivindicaciones”, dijo Alejandro Lipcovich, titular de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), que agrupa a los centros estudiantiles capitalinos.
“Muchas veces cursamos en el suelo”, ejemplificó Lipcovich.
Según denuncias de alumnos, algunas escuelas funcionan sin gas, con problemas de suministro de agua, baños clausurados y mamposterías en estado deplorable, lo que pone en riesgo las vidas de quienes ingresan a esos inmuebles, muchos de ellos de más de medio siglo de antigüedad.
Los estudiantes rechazaron un plan de obras propuesto por el ministro de Educación capitalino, Esteban Bullrich, en medio de denuncias de que ese organismo utilizó una pequeña parte del presupuesto para infraestructura en las escuelas.
Antes del fin de semana, los alumnos de otros establecimientos decidirán en asambleas si se pliegan a la manifestación en rechazo a la propuesta del gobierno capitalino, que presentó un plan de mejoras edilicias para 53 colegios públicos de la enseñanza media en Buenos Aires sobre un total de casi 200.
El conflicto de los estudiantes reavivó al mismo tiempo el clima de confrontación política entre el gobierno federal y la oposición.
Macri, uno de los presidenciables para 2011, es de los más críticos con la gestión de Cristina Kirchner y acusó a Néstor Kirchner, marido y antecesor de la mandataria, de ser el artífice de un proceso judicial en su contra por presunto espionaje telefónico en la que fue encausado en primera y segunda instancias.
“No me parece mucho lo que piden (los estudiantes) y no escuché ni insultos ni agravios. Sólo piden solución a un problema”, dijo la presidenta Kirchner al apoyar la protesta.
Su ministro de Educación, Alberto Sileoni, cargó contra Macri al señalar que “es difícil liderar la gestión de un gobierno (capitalino) que atraviesa un conflicto desde hace tres semanas, estando en una gira por Europa”.
En cambio, Julio Cobos, vicepresidente de la Nación y enfrentado con Kirchner desde 2008, consideró que existe “alguna intencionalidad” ajena al ámbito estudiantil y dijo no saber si el responsable es el gobierno federal.