La señora Gisella Avaria Flores está desesperada. Según nos cuenta en una carta y su documentación adjunta, tanto a mediados de 2008 como ahora, el municipio de Taltal autorizó a una agrupación evangélica para celebrar sus cultos en la vía pública, frente a su hogar en calle Atacama de Taltal, Región de Antofagasta.

El problema es que el grupo lo hace usando un camión 3/4 como escenario, donde montan 6 parlantes para instrumentos eléctricos, con los cuales mantienen un alto volumen de ruidos en el vecindario todos los fines de semana; los viernes y sábado de 19 a 22 horas y el domingo de 11 a 14 horas.

El camión de la discordia | Gisella Avaria Flores

El camión de la discordia | Gisella Avaria Flores

Gisella insiste en que no se opone a las actividades de ningún culto, pero que el nivel constante de ruido se hace insoportable. Más aún, le llama la atención que pese a las constancias y reclamos de ella y sus vecinos, a la visita de los Concejales Orella y Núñez, a una denuncia al senador Carlos Cantero, así como a una reunión con el mayor de Carabineros, Claudio Burgos, todavía el Municipio no revierte su decisión.

“¿Por qué no se les facilita un lugar privado como el estadio Belmor Rojas o el techado? Es una tremenda falta de criterio, que no considera la tranquilidad de adultos mayores, embarazadas y niños que viven en nuestro barrio”, se queja Gisella.