Tras enfrentarse y cobrar millonarias multas a Microsoft e Intel, la Comisión Europea sigue su proceso de fiscalización contra las gigantes tecnológicas estadounidenses. Esta vez es el turno de IBM, la que es acusada de prácticas anticompetitivas, por abusar de su posición dominante en el mercado de los servidores.

IBM

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Se trata de 2 casos diferentes. El primero responde a las quejas de las empresas de software T3 y Turbo Hercules, quienes alegan abuso por parte de IBM por amarrar sus equipos de servidores de gran volumen (mainframe) a su propio sistema operativo. En el segundo, la acusación recae sobre la supuesta discriminación de IBM contra los proveedores de piezas y soporte alternativos.

Según informa ZDNet, la Comisión Europea explicó que atar el hardware con el sistema operativo impide a los clientes usar sus programas sobre equipos que no son de IBM. De la misma forma, argumentó que la gigante azul incurrió en prácticas anticompetitivas al restringir o retrasar el acceso -según su conveniencia- a piezas de repuesto que sólo IBM puede proveer.

Desde luego la respuesta de IBM no se hizo esperar y, al parecer, bajo la premisa de que la mejor defensa es el ataque: la firma aseguró a Bloomberg.com que las acusaciones no tenían mérito y que responderían a una campaña de sus competidores, liderados por Microsoft y sus empresas “satélite” asociadas.

“Ciertos competidores de IBM que no han sido capaces de ganar un espacio de mercado invirtiendo en innovaciones fundamentales, ahora pretenden que los regulares les creen una posición que no se han ganado”, aseveró IBM.