El coche bomba que dejó cuatro muertos en Ciudad Juárez no marca el inicio de una nueva fase en los métodos de violencia de los carteles de la droga en México, afirmó este martes el embajador mexicano en Washington, Arturo Sarukhan.

“Esto parecería no sugerir necesariamente que estamos entrando en una nueva fase de violencia de los carteles de la droga”, indicó Sarukhan, durante un evento sobre seguridad en la frontera con México en el Congreso de Estados Unidos.

El ataque con coche bomba el jueves pasado contra una caravana policial, que dejó también once heridos, fue el primer atentado de este tipo en Ciudad Juárez, vecina de la estadounidense El Paso (Texas), y convertida en la más violenta de México por luchas entre cárteles narcotraficantes rivales.

Sarukhan señaló que es “importante no crear la percepción de que se ha vuelto una política indiscriminada del crimen organizado el amenazar o atacar civiles”, al subrayar que el coche-bomba tenía como objetivo la policía.

No es la primera vez que los carteles de la droga, cuya violencia ha dejado casi 25.000 muertes desde diciembre de 2006, han usado “otros métodos” para sembrar el terror, indicó el embajador.

El gobierno del presidente Barack Obama mostró preocupación por el coche bomba en Ciudad Juárez, pero también ha matizado su importancia, recordando que los carteles tienen enormes recursos a su disposición.

“Espero que las reglas del juego no hayan cambiado” con el coche bomba, dijo este martes en el evento el congresista demócrata por el estado fronterizo de Texas, Henry Cuéllar.

Cuéllar, que dirige la Subcomisión de Fronteras de la Cámara de Representantes, afirmo que alrededor de un 93% de las muertos por la violencia en México están relacionados con el narcotráfico y que sólo un mínimo porcentaje son ciudadanos comunes.