Más de 5.000 personas, según cálculo de los organizadores, se manifestaron este sábado en las calles de Lisboa contra un proyecto de ley que apunta a legalizar el matrimonio homosexual, aprobado hace 10 días por el parlamento portugués.

Convocados por la plataforma “Ciudadanía y matrimonio”, que también empujó una petición con 90.000 firmas exigiendo un referéndum sobre el asunto, los manifestantes marcharon hasta una importante plaza del centro lisboeta para realizar “una gran fiesta de la familia”.

“Para el matrimonio, para la familia, exigimos referéndum” o “el matrimonio es sagrado, el Estado laico no debe destruirlo”, rezaban algunas de las pancartas levantadas durante la marcha, por la que la jerarquía de la Iglesia Católica había expresado su “simpatía”.

“La envidia es un pecado”, les respondían unas 50 personas favorables al matrimonio gay, que esperaban el paso del desfile. La policía movilizada para la ocasión evitó los incidentes, según la agencia Lusa.

El pasado 11 de febrero, los diputados portugueses aprobaron en segunda lectura un proyecto de ley del gobierno socialista que legaliza el matrimonio homosexual, pero no el derecho a la adopción.

El texto, votado por todos los partidos de izquierda, mayoritarios en el parlamento, debe ser ahora promulgadas por el presidente de derecha Aníbal Cavaco Silva, que tiene capacidad de veto.

Si usa de esta prerrogativa, Cavaco Silva, impondría una nueva votación en el parlamento, pero sólo retrasaría la aplicación de la ley.

A diferencia de España, donde la legalización del matrimonio homosexual, en 2005, provocó una fuerte contestación, con cientos de miles de personas contra el proyecto, en Portugal el texto sólo ha provocado una oposición discreta de asociaciones allegadas a los medios católicos.