Los bebés que oyen regularmente 2 lenguas cuando están en el vientre de su madre son más proclives a ser bilingües, según un estudio publicado esta semana en Psychological Science.

Embarazo

Imagen: Cuidandomimundo.com

Psicólogos de la University of British Columbia e investigadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en Francia evaluaron a dos grupos de recién nacidos, uno de los cuales sólo había oido inglés en el vientre de sus respectivas madres, y el otro inglés y tagalog, que se habla en Filipinas.

Para determinar la preferencia de los niños por una lengua, los investigadores estudiaron los reflejos de succión de los recién nacidos; una succión más intensa del bebé da cuenta del interés en un estímulo recibido.

En el primer experimento, los niños escucharon un parlamento de 10 minutos, alternando a cada minuto el inglés con el tagalog.

Los niños que sólo habían oido inglés estaban más interesados en el inglés que en el tagalog. En otras palabras, “succcionaban más intensamente” cuando escuchaban hablar inglés que cuando escuchaban hablar tagalog.

Por otro lado, los niños expuestos a dos idiomas durante su gestación mostraron igual preferencia por ambos, lo que los investigadores interpretaron como que la exposición prenatal a dos lenguas prepara a los niños para oir y aprender ambas lenguas.

Los investigadores también evaluaron a los recién nacidos para comprobar si podían distinguir las diferencias entre dos lenguas, elemento clave para devenir bilingüe.

Los niños oyeron frases pronunciadas en una de las lenguas hasta que perdieron interés, y luego escucharon frases en la otra o en la misma lengua pero pronunciadas por una persona diferente.

Los niños succionaron más intensa y rápidamente cuando escuchaban hablar el otro idioma, pero su actividad succionadora no aumentaba con las frases adicionales en el mismo idioma.

“Estos resultados sugieren que tanto los niños bilingües como los monolingües, son capaces de discriminar los dos idiomas, y que desde los primeros momentos de vida disponen de un mecanismo que ayuda a los niños bilingües a no confundir sus dos lenguas”, afirman los autores del estudio.